Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/A/alasdemariposa.pdf
Alas de mariposa debatiéndose
en su blando batir de tenue aletear de mil torcidas,
deshilachadas subsistencias de yerros dibujados
en férreas geometrías trazadas con desmayo,
diseñadas con encono,
se rompen contra intangibles encarnaduras imposibles
en cientos de elementos de arquitecturas de aristas impasibles
que,
talladas en la calma de los muertos sentires de almas
presas sobre los respectivos atolondrados cuerpos que les gritan, susurran,
demandan,
importunos o estúpidos,
extraviados de las tolvas de luz que ellas están buscando,
palabras que no alcanzan sus destrezas;
y en su latido ciego,
en su rivalizar frente al vago batir enfebrecido de garabateadas,
torpes e impúdicas pulsiones,
agitan los últimos latidos estertóreos de su miedo cerval,
de grandes ojos tiernos,
sorprendidos,
que miran sin comprender y sin aliento.
30 de noviembre de 2010
Silogismos
Poesía
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.