Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/D/despertasteytod.pdf
como si jamás hubieran soportado una primavera más gélida que aquella en la que se retorcieron doloridos los encuentros en la sombra y a viva voz de los ahora ya petrificados huracanes que arrastraran el cansino avanzar, acompasado, de los pies descalzos de las glorias perdidas y los esfuerzos vanos por alzarse, delgados y tan gráciles, sobre las puntas desflecadas de sus gritos broncos pero no lo bastante desgarrados para inspirar a los artistas en su clamor rogándole a sus musas que, por favor, regresaran al oscuro y perdido lugar en el que habitan los restos tan glosados que celebran, de antiguas preces a erráticas pesquisas, los mitos viejos que se llevaron limpias las repugnantes malolientes quimeras que ensombrecieron el alguna vez de un NUNCA que no olvida.
Deliquios
Poesía
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.