Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/C/canticosdecantos.pdf
Cánticos de cantos que rodaron, trinos de jilgueros de papel que enmudecieron, entonar de plegarias que en tomando su para dónde ir se desangraron.
Y voces y palabras y lamentos y risas y suspiros.
Y agitar de banderas del color de la nada en la sombra.
Y el rastro, apenas torpe, del peso de pesares o de causas.
Y el poso reposado que dejó un repasar un luego enano, pequeño qué será, que se fue hastiado.
Harto de esperar a ser hallado.
Hollado sin saber que era el buscado.
Se estrechan, y se acurrucan y se ciernen, sobre el no ser que no será por siempre el nada ya perdido en el recuerdo reencuentro de un que sí y un no… me olvides.
14 de diciembre de 2014
Deliquios
Poesía
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.