Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/A/ayquedolor.pdf
Ay qué dolor en el alma, ay qué dolor que se siente, ay ay ay hay que ver cómo la integridad se resiente del que no hallando consuelo a las penas que conciernen a su instante y su momento, a su qué su querer quiere, se sume en sumas de duelos enconados e inclementes que se baten a porfía alados de arrestos febles por erigirse en insignes demandantes de por siempre ser tenidos por la causa y el motivo que previene de rendir cuenta ninguna de un quizás hacer que debe qué otra cosa que no sea el salir y hacerse fuerte fuera de fueros ni juicios ni argumentos que conceden derechos a los torcidos afanes del que pretende en pago por sus pesares recibir qué no le debe otro destino que el suyo del que se nutrió la suerte.
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Coplillas
Poesía
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.