Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/N/noledigasalas.pdf
(Título en mis archivos: A ti, mi yo, de mí)
No le digas a las gentes las cosas que a mí me cuentas, porque pensarán que estamos loquitas de las cabezas.
No te subas a las parras en tardes de primavera, que las parras son muy altas y muy chicas nuestras penas.
No te vayas por las nubes en noches de invierno frías, porque las nubes descargan cuando menos te lo esperas y te darás un porrazo sin ni tiempo a darte cuenta.
No te líes si te acaloras con la manta la cabeza, que la cabeza precisa de verse bien descubierta para entender lo que pasa cuando te agobia la pena.
No lances tu voz al aire sin saber qué estás diciendo, porque el viento se la lleva y la hace resonar lejos y las palabras terminan convertidas en lamentos.
No te metas en dibujos si no sabes lo que pintas, que los trazos son traidores y derriban de un plumazo todo un año de cuidados en diseñar sendas ricas en pisadas que se pierden en cuantito no las miras.
No te subas a la parra, no te vayas por las nubes, no te líes si te acaloras con la manta la cabeza, ni lances tu voz al aire ni te metas en dibujos; pero sobre todo niña no le digas a la gente las cosas que a mí me cuentas porque pensarán que estamos loquitas de las cabezas.
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Etiqueta: Coplillas
Categoría: Poesía
Registrado en Safe Creative
Código: | 1012288154480 |
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Fecha: | 28-dic-2010 21:02 UTC |
Autor: | Valentina Luján |
Licencia: | Todos los derechos reservados |
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.