Sobre la obra
http://valentina-lujan.es/R/porque empece asi.pdf Porque empecé así de eufórica y de hospitalaria y dando besos y abrazos a todo el mundo y en tono muy cordial y muy festivo pensando que qué alegría y que todo iba a ser estupendo y una experiencia maravillosa que cambiaría mi vida; pero cuando me he encontrado con gente tan desagradable y entrometida como mucha de la que transita por donde nadie le manda haciendo mangas y capirotes a su antojo — véase la Cuqui y la de enredos que lió — me he desanimado bastante. Esta nota no la puse al principio, así que quien haya visitado la página habrá, una vez leída mi calurosa bienvenida, pasado directamente al contenido y, ahí, se habrá percatado de que es todo cuanto hay en ella un auténtico galimatías. Pero no es mi galimatías, eso quiero que quede bien claro o que, por lo menos, no todo el galimatías es mío y sólo mío. Nada más inaugurarla, que incluso organicé una pequeña fiesta con champán para celebrarlo con mi esposo y mis niños ― bueno, que también estaba mi suegra que dijo “¿pero no irás a dar champán a los niños, verdad?”, y por no oírla les puse Coca-Cola aunque no es ni mucho menos lo mismo a la hora de brindar ―, debió de ser por la emoción o los nervios o algo que me puse un poco enferma y estuve unos días sin poder trabajar en ella consumiéndome de ansiedad y , luego, cuando se me pasó, fue cuando entré y me di de manos a boca con (y eso nada más para empezar) un diseño que no era en absoluto el que yo le había aplicado en un principio, infinitamente más elegante y más acorde con mi personalidad (ideal, a la que aspiro) de lo que resulta ese avioncito pinturero que graciosillo es, no voy a negarlo, pero a mí me pone nerviosa con tanto movimiento y me distrae, me desconcentra, queriendo con el ratón atraparlo y modificarle el rumbo jugando como una tonta y malgastando mi tiempo. Yo, recuerdo, elegí no exactamente ― y digo “no exactamente” aunque sí era “exactamente” con la única diferencia, abismal, por cierto, de que ni el logo ni el título que lleva ahora son los que yo le puse ― pero sí algo bastante parecido a esto: Que, visto así a simple vista, es, ya digo, lo que yo elegí voluntariamente y con agrado y, cuando finalmente logré reencontrarlo, me puse contenta y “bueno, mira ― sé que le comenté a mi esposo ―, no pasa nada, lo vuelvo a poner en su sitio y asunto arreglado”. Pero no iba a resultar tan sencillo; no iba a resultar tan sencillo porque, cuando me fijé más detenidamente, reparé en que… Pero, por aquello de que una imagen vale más que… (tal y cual y esto y lo otro y que si las palabras y que si mil o que si tantas o cuántas, que para qué repetirlo), aquí está lo que me encontré (Vivir, es decir “pulsar”, para ver) Etiqueta: Papeles Categoría: Telas
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.