Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/Q/quefueparaella.pdf que fue, para ponerlas más difíciles por si no lo estaban ya bastante, exactamente lo que hice retrocediendo, regresando al Cofee & Shop donde me pareció verla con sus botas con vueltas de piel dejando por olvido no el paraguas sino, inocentemente y en la seguridad de que a la vuelta me lo encontraría todo tal y como lo dejase Lola antes de regresar a la cocina para ponerse con los volovanes, la carpeta con los papeles abierta sobre la mesa y expuesto ─ el hecho ─ con toda la ingenuidad y absoluta falta de doblez con que se muestra. Yo había considerado la eventualidad de que aconteciese, porque por qué no, alguno de esos accidentes ─ o incidentes, mejor, habida cuenta de que ni esperé ni deseé en ningún momento que la situación tuviera ni mucho menos que llegar a ser calificada de “crítica” o “extrema” ─ domésticos que, ya por la ruptura de la inercia que por sí mismos y pese a su tan frecuentemente extrema pequeñez acarrean, ya porque como suele suceder en tales casos se enzarzaran mi tía y el capitán en una discusión acerca de quién de entre todos los presentes había sido el culpable de que los papeles quedasen ilegibles , forzase a que la atención del observador se desviara y, ahí, en ese pequeño revuelo dirimiendo si el café con leche lo derramó sin querer el abuelo o adrede el menor de los nietos, aprovechar yo la coartada para alegar ante mi amigo que qué lástima pero y mira que lo lamento en el alma la petición de mano quedó arruinada o, mejor aún, no llegó ni a haber petición de mano porque los futuros esposos se tomaron tan a pecho y con tanto realismo su enfado que los perdieron y, una vez perdidos los papeles y la correspondiente compostura, las cosas se complicaron de tal modo que él, mi amigo en persona y por propia iniciativa, dijo que era mejor suspender la comida o, por lo menos, la boda antes de llegar a los postres y, con el café y los licores, habernos de entregar como dicta la etiqueta a una amable y entretenida sobremesa que, tal y como se habían puesto los ánimos, iba a resultar o muy poco creíble o, si nos obstinábamos en mantener las formas y sonreír como si no pasase nada, insufriblemente larga. Etiqueta: Papeles Categoría: Telas
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.