Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/P/porquemesigues.pdf ¿Por qué me sigues a todas partes? Vaya donde vaya siempre, eternamente estás ahí. ¿No te cansas? ¿No te aburres? ¿No encuentras insufrible y tedioso este peregrinar que te has impuesto? Si yo fuera tú no haría jamás algo tan... Seguiría, sí, pero no a ti. Iría tras alguien muy distinto. Detrás de alguien que no se pareciese a mí. Alguien que no me recordase a ti. Que no tuviera ni tus recuerdos ni mis olvidos. Que no soñara lo que yo sueño. Que no dijese lo que me cuentas. Que no me hablara con tu silencio. Que no gritase como tú callas. Que no riese cuando me enfado. Que no llorase cuando te ríes. Que no supiera que me conoces. Que no acertara que te persigo. Que se alejase cuando me miras. Que se acercara cuando... Pero, ¿qué importa, si me persigues? ¿Qué importa nada, si no te olvido? Si estás tan cerca, tan cerca siempre, que aunque me esfuerce no vas a oírme. 19 de diciembre de 2010 Etiqueta: Admistiquios Categoría: Prosa
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.