Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/Dbre10/ylapremonic.pdf de que se avecinaban unos problemas que, mal encarados y peor dispuestos — esto recordaría, llegado el caso, haberlo barruntado con absoluta certeza, y que liderados con mano de hierro y profusión de proclamas y arengas pronunciadas con voz campanuda por el que parecía (a la vista de su envergadura y dimensiones) el más temible, también — vendrían a quitarle el sueño cuando, al final mismo de la página 5, las últimas palabras concretamente, que, ya por azares de la vida o por, tan sólo, haber tenido ella la previsión de haber hecho que alguna frase fuera más larga de manera que hubiesen saltado a la 6, sucedió de manera fatal, pero impensada, lo del extraño pálpito que, se preguntaría hasta el final de sus días — y el principio de sus noches, pensó no sin un punto de regocijo para sí porque, y eso había de reconocerlo y lo reconocía, en el momento en que acariciaba la idea de que tan pronto apagase la luz y cerrara los ojos se relamería, como un gato, soñando todavía despierta con “qué bien, en las próximas siete u ocho horas no voy a existir” —, en qué “estarías, Susi, sosa, pensando”. He hizo memoria, sí; si le pidieran juramento lo daría sin pestañear ni temor al infierno, pero no logró saberlo; no por qué ni pensando en qué — que era justo y por cierto y por desventura el problema que la traía a mal traer y de cabeza — había cometido un error tan estúpido. Etiqueta: El despertador de la señorita Susi Categoría: Telas de araña
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo. No tengo formación académica.