Sobre la obra
http://valentina-lujan.es/Dbre10/sin%20querer%20dar%20a%20entender.pdf sin querer dar a entender con ello (fuera eso por delante y abriendo filas, paralelas y bien rectas porque si había algo que sacara de quicio a doña Eutimia era las filas de cualquier manera) que estuviese ni por un momento dudando de que la detallada pormenorización de los lamentables sucesos en que el señor Cremades se hallaba involucrado no fuera — a criterio de su mentor que tan orgulloso se sentía de haberlo instruido dentro y a puerta cerrada de los más celebrados (aunque sin bulla exagerada ni, por supuesto, luciendo gorritos ridículos ni matasuegras) cánones de la ética — a estarse ciñendo estrictamente a la verdad de unos hechos que, al paso que íbamos (el reloj de la sala terminaba de marcar tan puntual como solía las 5:27 P.M.), ya se vería si llegaban a verse consumados por, al menos, la cocinera del padre y muy señor de la tía soltera de la del tercero o, en su defecto — posibilidad que no debía en modo alguno dejar de contemplarse pues que ella misma, previsora, había mandado recado con don Anselmo, el registrador de la propiedad —, la menor de las sobrinas del corredor de apuestas, bastante más feucha que sus hermanas pero, también, la que de mejor vista gozaba para llevar adelante una labor tan fina como lo era la de sacar punta a algo que, saltaba a la vista, no admitía más vuelta de hoja que la de entrar por el aro de resignarse a que las cosas ya no iban a ser nunca como lo habían sido hasta fecha inmediatamente anterior a que la freidora de las de Gordillo desapareciese sin dejar más huella que aquel su peculiar olorcillo a bergamota que nunca la abandonaba. Etiqueta: El despertador de la señorita Susi Categoría: Telas de araña
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.