Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/V/volveraponers.pdf Y ella, Susi — la señorita, claro, porque de qué otra Susi ni de qué otra señorita que no sea la señorita Susi que ansía, fervientemente, estrenar de una puñetera vez la jodida libretita de pastas rojas {porque, que a lo mejor no lo he dicho, ni escrito, con tanto que escribir y que decir que se termina por perder el hilo, la señorita, y sin dejar por eso de serlo dado su estado civil, es un poco deslenguada a veces y su vocabulario, como puede verse (o detectarse al tacto, en braille, en el caso de los invidentes, que me advierte que ni se me ocurra escribir ciegos, que no tiene ella ganas de incurrir en incorrecciones políticamente incorrectas), no muy refinado} estamos tratando en estas páginas —, así lo consigna, en el encabezado y resaltado con marcador verde, por fin, en la libretita de pastas de color ya mencionado (pero, bueno, rojas por si alguien no se acuerda porque qué trabajo cuesta repetir una palabra tan corta), marcado en verde, en verde tal y como lo arrastró desde la página 2 del archivo de procedencia con la pequeña variación de que la primera V de volver va en mayúscula para dar a entender que tal es el título del primer capítulo de la novela, relato, cuento, folleto o folletín o lo que sea (que ya verá qué sale, dice — y, a mí, “pero tu apunta, que en la vida todo es ponerse y con tesón y buena voluntad a alguna parte llegaremos” —, porque, dice también y yo obediente lo escribo, “hay que saber darle al tiempo su tiempo” y que si se lo toma despacio pues aguantarse. ¿Y si no sale nada? — pregunto. Tú escribe y calla — contesta; y echando la vista por encima de mi hombro —: mira, a lo tonto a lo tonto y como quien no quiere la cosa ya llevamos, renglón arriba, renglón abajo, como quien dice una página. Una página entera — replico — que termino de saltar a la segunda. Y que pues más a su favor y que ya me lo dijo. Y que por hoy vamos a dejarlo, que tiene sueño, y el yoga sin hacer y el gato sin paté; aunque le da rabia porque, sin querer, ha rimado hacer con paté, pero que es lo que hay y que qué se le va a hacer. Y que revise erratas y faltas de ortografía; y cuente las palabras, y lo pase a limpio en, como siempre y según su (que yo diría mí, pero no digo nada para no discutir) costumbre, Calibrí 14. Y, sí, las cuento: Cuatrocientas cincuenta y tres incluido este recuento. Y lo paso a limpio, como puede verse y tal como me ha dicho; lo que arroja un total, en resumidas cuentas y si añadimos las diez del pie de página de arriba, de cuatrocientas noventa y una. Hecho. Cuatrocientas noventa y seis. Etiqueta: El despertador de la señorita Susi Categoría: Telas de araña
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.