Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/D/dequedijeron.pdf ¿De qué dijeron que fuera, fuera de lo que perdimos, de lo que fuese aquel algo que pensaron tuyo y mío no sería nunca tan fuerte, tan sólido, ni tan fino, como para poder nunca arrasar con qué vivimos cuando fuese lo que fuera lo que unió nuestros destinos no fue lo bastante sólido, ni tan fuerte, ni tan fino, como para no quebrarse y romperse en mil añicos? ¿De qué dijeron que fuese, fuera de lo que perdimos, de lo que fuera aquel algo que ni tú ni yo vivimos pero imaginaron ellos que sí que habíamos vivido estaba siendo tan fuerte, y tan sólido, y tan fino, que no iba a poder cortarlo filo de ningún cuchillo ni asestarle golpe alguno los envites del destino? ¿De qué dijeron que fuera de lo que fuese qué fuimos no habría de olvidarse nunca que lo que siempre tuvimos fue no tener nunca miedo a qué pudiera ser digno de ser tenido por fuerte, o por sólido, o tan fino, como para que pudiese ni quebrar ni hacer añicos lo que siempre estuvo al margen, fuera de lo que perdimos? ¿De qué dijeron, ni cuándo, para qué y con qué motivo, que fuera de lo que fuese lo que alguna vez seríamos no habíamos sido más cosa que mereciera ser dicho tanto como se dijera que si tú y que yo y que fuimos ya de fuego ya de aire ya de metal o del limo en que se forjan los cuerpos que luego labran destinos que nos llevarían tan lejos, fuera de lo que perdimos, que ya no encontraría nadie ni tus rastros ni los míos? ¿De qué, ni cómo, ni cuando, tenían derecho a decirlo no estando sabiendo nadie ni qué somos ni qué fuimos? 24 de mayo de 2013 Etiqueta: Admistiquios Categoría: Prosa
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.