Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/B/buenpreioa.pdf
Estas, exactamente, con su punto final y todo, son las palabras que terminaba de copiar cuando al mirar el reloj del ordenador vi que eran las 14:04 y pensé que lo procedente era parar y prepararme para salir a comer. Así que lo apagué y, al mismo tiempo, conecté la radio. Justo en ese momento en las noticias de las dos decían algo concerniente al caso. Me pareció una coincidencia curiosa — después de tantos años y ser justo ahora, hoy, cuando me traigo entre manos aquellos cinco folios olvidados en un cajón — y pensé (andaba moviéndome por la casa y no me llegaba bien la voz de quien hablaba) que de regreso buscaría en internet algo de actualidad al respecto, y sí, he encontrado algunos artículos entre los que he decidido seleccionar este.
Me ha llamado también la atención, pero eso ya a título personal de pura anécdota, que tanto éste — sin título (que no lo lleva y ni siquiera le he puesto “sin título” — como los otros dos que encontré en la carpeta amarilla están escritos en domingo; y que este concretamente lo estoy copiando en domingo (18 de agosto de 2013), y que el hecho a que en él se hace mención sucedió asimismo en domingo e igualmente de agosto.
Debe de ser que los domingos de aquel verano del 97 tenían para mí un no sé qué que me hacía estar especialmente tristona.
Bueno, comentada la serie de coincidencias regreso donde me quedé antes de comer y continuo copiando.
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.