Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/B/15del12de2022.pdf
Mamá dijo tenéis que hacer las paces, y que debía ser hoy mismo, sin falta, porque mañana sería tarde.
Ni ella ni yo teníamos ganas, pero mamá lo había dicho tan seria, con tanta autoridad, que, aun de mala gana, nos pusimos.
Y las hicimos, sí.
Las hicimos y mamá se quedó muy satisfecha. Nos dio un beso a cada una, y un caramelo, también a cada una, claro, y dijo que nos podíamos marchar.
Y, cuando ya estuvo sola, mamá las fue cogiendo, de una en una, con cuidado para que no se le cayeran, tan bien que habían quedado, y se rompiesen, tan delicadas, tan frágiles, contra el duro suelo.
Y las colocó, en fila, sobre la repisa de la chimenea.
Por la noche, en la cena, los invitados nos felicitaron.
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.