Sobre la obra
http://valentina-lujan.es/Y/yotratede.pdf
que no, que no era eso, que nunca ni de ninguna de las maneras que pudiera identificar como maneras mías se me había pasado por la cabeza semejante posibilidad; es más, si no te hubieras puesto como te pusiste, haciéndome perder el hilo de un discurso que había ensayado docenas de veces — solo frente al espejo del baño, primero, y con mi prima Ursina delante de los santos, en el oratorio de la abuela, para ver qué le parecía y si le daba el visto bueno cuando consideré que ya lo tenía bastante pulido, limpio de palabrería que ni hacía falta ni aportaba nada —, no me habría saltado (de tan nervioso como me pusiste) la parte que llevaba mejor preparada y de la que tan orgulloso me sentía por lo bien y en términos tan claros que ponía en tu conocimiento que tampoco a mí, aunque hubieses sido la única mujer sobre la tierra , me habría seducido la idea de sentir fascinación por alguien, como tú, mi bien amada (y mira que es quizás la última vez que te lo digo), que traído por puro compromiso y de la mano — en sentido figurado, naturalmente, y se pudiera decir que por los pelos sin temor a incurrir en falsedad ni equívoco porque de aquella muchacha delgadita y frágil aludida tan de pasada por Zoila, que ni nombre le puso de tan ocasional como se mostró en aquel momento en que despegó los labios por primera vez, no cabe en absoluto pensar que fuera a hacer algo tan poco elegante — de esa, la que te digo, la delgadita que se la adjudicó, vaya nadie a saber por qué, a una Luzmila que te trajo a ti de la suya con una letra tan malísima que de no ser por don Cliptemestro que salió en su defensa habrías sido desestimada, pasada por alto sin contemplaciones entre tantos borrones y tachaduras, ignorada por completo y pasado a mejor vida sin haber llegado a ni por un instante formar parte de las nuestras.
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.