Sobre la obra
http://valentina-lujan.es/Q/quemesalibastor.pdf
Que me salió bastante torcido pero el padre de Ramírez dijo ― por boca de su nieto el mayor, un chaval de unos diez años muy espabilado que me tradujo los gestos que el abuelo hacía porque el padre de Ramírez resultó ser mudo ―, que no me preocupara, que esto era nada más el principio pero que, más adelante, ya vería...
Que habría de ver, dijo, cómo día tras día me iba soltando y adquiriendo práctica, y la práctica me daría seguridad en mí mismo hasta el extremo de, yo solo y sin su ayuda, poder hacer el mosquito no del dengue, por ejemplo, claro, dijo, porque el chico no va saber traducir dengue, pero sí el trompetero o, si prefiriese yo algo más amable, una libélula o un caballito del diablo.
Y, como el chico no supo en efecto traducir dengue, pero sí decir Aedes aegypti y explicar que trasmite la fiebre de chikunguña, que imaginé molesta y dolorosa, le pedí que dijese al abuelo que mi ilusión sería algo más simpático.
– Pues entonces — respondió el abuelo — la hiena resultará perfecta.
– Ha dicho simpático — quiso deshacer el posible equívoco el chiquillo —, no sonriente.
– Y que la hiena, además — le digo a mi amigo cuando se lo cuento —, he investigado y es bastante difícil.
– Ya — me contesta —, pero enfrentarla te puede ayudar a superarte, a hacerte más fuerte
Y que ensaye — para irte soltando, como muy bien te ha dicho el mudo, dice — plantándole, por ejemplo, cara de vez en cuando a mi madre.
Creo, por tanto, y aunque me lo callo porque no quiero parecer un cobarde, que me voy a decantar por el mosquito del dengue, con chikunguña y todo.
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.