Sobre la obra
http://valentina-lujan.es/oca/12paradel5al42.pdf
que a la sazón o por entonces — dependiendo de si el turno tocaba a alguno de la tutoría de don Cliptemestro o, por capricho del veleidoso azar, a alguna de las pupilas del seminario de estructuras complejas de la señorita Adosinda — venía a ser (en el caso del primero y alguno de los suyos) la raya en el suelo hecha con tiza verde y que iba desde el perchero del que se colgaban los arneses hasta justo debajo de la bombilla fundida o (en el de la segunda y de sus estructuras y pupilas) con la de tiza roja que podía ir en cualquier parte con tal de que diera {una vez abierta, con su picaporte y todo porque, así como Adosinda no, Estefanía (que solía en su calidad de correturnos ir de suplente) sí que cuidaba mucho los detalles} acceso al mirador acristalado del tercer piso desde el que, a la caída de la tarde, se podían contemplar unas puestas de sol maravillosas que según ella, Estefanía, tenían que ser al estilo de las acuarelas de Turner mientras que para don Cliptemestro (que no necesitó nunca suplente porque tenía una salud de hierro y era muy cumplidor) podía servir cualquier otra aunque no fuese de alguien famoso y tuviera incluso algún borrón — que todo el mundo sabe lo difícil que es la acuarela — pero, “por favor” decían, porque esas cosas sí que los ponían frenéticos a los tres, con las comas y los puntos en su sitio y, sobre todo, sin faltas de ortografía y, los corchetes, “Los corchetes sobre todo — a las pupilas —, que algunas sois muy descocadas” y las comillas, bien cerraditos todos.
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.