Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/alicia/vayachap.pdf
– ¿Chapuza?
Pregunta Lola, con cara de extrañeza.
− ¿A usted no se lo parece? — le pregunto yo.
− Bueno, la verdad es que puede que un poquito sí
Me he atascado, pero no puedo desechar este archivo porque se pierde el enlace
(Continuará)
...
Leí, en estas grandes letras rojas. Y ese continuará que se ve entre paréntesis, y ese, escribí, abajo, y ese y que sea lo que Dios quiera, y ese pensé; y pensando, preguntándome sin querer si Dios iría a querer o no querer tomar postura al respecto, pulsé, sin querer, y me enteré de que, al parecer y a desgana, querer quiso, sí, pero sólo un poquito más de lo estrictamente justo y necesario para dar utilidad a unas latas de judías con chorizo y que, en cumplimiento de deber y salvación de quien la tal utilidad les diese, se le dieran, a Él, las gracias.
...
Escribí. “Y que sea lo que Dios quiera”, pensé.
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.