Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/E/elsemuestrasor.pdf
Él se muestra sorprendido y quiere saber el porqué; no de su sorpresa , que para qué tomarme ya el trabajo de esmerarme en describir, sino de mi desánimo.
– Pues… ― Y sé que lo miro con cara de que la sorpresa es mía porque… — ¿No lo comprendes?
– No — me contesta con toda naturalidad.
Y le explico que porque, él debería saberlo, está escrito.
Y como no iba a continuar, Calpurnia, con sus inveteradas agonías, miró impaciente el reloj y dijo pues hala, ya está; y que aquí se cerraba (o se abría) — siempre tan dubitativa e insegura para lo que no fueran sus propios intereses — este círculo que se abría (o se cerraba) según los criterios tan dispares de la señorita Marcela y de don Sisenio.
Versaciones
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.