Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/G/pagblanco128.pdf
... terminar de admitir y con toda humildad que esta era su primera vez.
- ¿Y a qué se dedicaba anteriormente? -- quiso saber la que había extraviado el medio canutito, aunque sin detener su tarea de buscar, y por lo bajo, a su marido... marido porque esposo se le figura engolado, marido está bien, piensa, aquiescente, sentada en su taburete y hojeando sin interés una revista quincenal femenina en tanto aguarda que llegue la hora de sacar a la venta las entradas para la sesión siguiente... por lo bajo --: ¿qué tal vamos de tiempo?
- No se angustie, aún nos sobra.
-¡Ahora! -- una voz chillona en la fila diecinueve, la última butaca junto al pasillo que "muy lateral", había protestado.
- Pues haber venido antes -- sin dejar de pasar, con la mano libre, las páginas por las que desfilan, con su mejor sonrisa, los seres fantástico de su convencional Olimpo satinado...
Etiqueta: Fotos en negativo
(fragmento?
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.