Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/C/confusoconcat.pdf
Extraño enjambre estéril estorbado; frugal fragor de favores furtivos, crujiente croar de ramas agitadas de fútiles filamentosas filigranas; confuso concatenar de cuidados cautivos entre las garras arrogantes del mortal que se soñó felino; violan, volatilizan, vilipendian, veloces escurridizas transgresiones de verdades entreveradas de consignas alertando, débiles, diabólicas, demenciales si bien dubitativas, contra o al favor venido a menos, o a más si el traslucir a regañadientes les da cauce, desde el futuro, venidero ayer del que renacen, centellas, milenarias, arrogantes apenas entrevistas, por entre el fulgor tan blanco al rojo vivo, de extintos inframundos expectantes.
Parpadeando, en la duermevela del alba que no rompe…
…filas; para, una vez desasida, por una vez desterrada del fracaso, remontar, aun entre la modorra, por última vez el desencanto.
17 de febrero de 2023
Silogismos
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.