Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/R/rafagas.pdf
Ráfagas desnudas de ritmos acompasan, pesarosas, muescas verticales tumbadas a lo estrecho del lado opuesto del cetrino acolchado calor que se barrunta más allá de todas las mesuras que se yerguen espantadas de ojos de cerraduras o agonía; y vuelven, alocadas, a su ruido, para, al recaer en párpados dormidos, demorarse, si se terciara el camino propicio, por la mar de ocasiones que precisan de su doquier, su cadencia y, a la larga, el frio casi feroz que restablezca la calma que rompiese un, apenas musitado o entre dientes, quién, o cuándo, o desde dónde, trajo entre los brazos un qué dijo:
– ¿Y si no se terciase? — Preguntó.
– Sería, sí — Alguien que lo traía balbuciente desde el claro.
Pero que, ya para siempre y por lo más dilatado del jamás de los jamases, no propicio.
Y que hasta enmudecer de tan ahíto.
14 de febrero de 2023
Silogismos
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.