About the work
https://valentina-lujan.es/I/insomnes.pdf
Insomnes, por desterrados;
concisos, por esparcidos,
adamantinos rescoldos de descartados prejuicios proclamando a cuatro vientos,
dos encuentros y un destino,
que las razones perdidas,
enterradas bajo arenas de desiertos que se agitan y dejan al descubierto los huesos que las concitan,
encontrarán si no buscan qué hallar cuando se las mira,
de cerca,
con lejanía,
y con el mirar ausente, extraño de que se guía
el dar el paso siguiente que entregar a qué vendría
de no haber llegado siempre,
tarde en la mañana fría
de un invierno sin retorno ni rastro de huella mía,
nada que no se encontrase de por sí en si sabría cómo quebrar el quebranto y cuál el precio sería
de no ahuyentar a las sombras oscuras que se cernían,
abiertas,
a cal y a canto de sirenas o de erinias,
musitando, a voces roncas,
conjuros que se llevaba el viento que ya no iba
a regresar arrastrando cadenas que lo torcían.
16 de marzo de 2019
Exequias
Poesía
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.