Historia de la localidad de Andorra (Teruel) durante el siglo XVIII

Historia de la localidad de Andorra (Teruel) durante los siglos XVIy XVII

Obra creada por Eloy Terrero y expuesta en su instagram: marsinumbra. Texto poético visual que está englobado en la imagen de un árbol. El árbol de la vida, la esencia necesaria para vida humana, lo primigenio.

La similitud entre lo ocurrido en los Sudetes en 1938 y lo que está pasando en Ucrania en 2025 hace pensar que la historia se puede volver a repetir

Pódcast de entrevistas con personas que explican sus experiencias vitales desde su inicio hasta el momento de la entrevista. Se incorporan elementos audiovisuales originales en canales como Youtube (no exclusivo) bajo el mismo nombre del podcast.

El mundo está cambiando de un modo vertiginoso realmente, porque cuando hablo de esa fecha, no estoy hablando de hace tanto tiempo si tomamos en cuenta la extensión de una vida. Si bien claramente hablo del siglo pasado, este siglo, no es tan lejano a nuestra época actual, y estoy hablando de 49 años atrás, no es tanto tiempo, para tantos avances tecnológicos, y los que vendrán, pues ahora, todo lo que hasta hace poco, nos parecía sacado de una película de ciencia ficción, ya es una posibilidad, inclusive al alcance de cualquier persona. Y esas películas que tan extrañas nos parecerían en el año 1980 sin ir tan atrás, ahora podrían ya mismo tener un asidero en la vida de todos los días.

Entrevista a Montse Morella

Fantochines, ópera de cámara con música del madrileño Conrado del Campo (1878-1955) a partir de un libreto de Tomás Borrás (1891-1976), llega a nosotros tras más de noventa años después de su … Sigue leyendo →

Autor de obras maestras en todos los géneros que tocó (instrumental, camerístico, religioso, orquestal, vocal...), la verdadera vocación de Antonín Dvořák (1841-1904), según reconoció el propio compositor, era la ópera, género del que se ocupó en diez ocasiones repartidas en treinta y cinco años: Alfred (1870), Rey y carbonero (1871), Los amantes testarudos (1874), Vanda (1876), El campesino astuto (1878), Dimitrij (1882), El jacobino (1887), El diablo y Catalina (1899), Rusalka (1901) y Armida (1904).

El Departamento de Música de la Fundación Juan March nos enfrenta durante los meses de febrero y marzo con una de las mayores y más horribles ignominias que el fanatismo ideológico y político perpetró durante el convulso siglo XX. El nuevo ciclo, titulado Terezín: componer bajo el terror gira en torno al campo de concentración de Terezín (en checo), también conocido por su nombre alemán, Theresienstadt (la “ciudad de Teresa”, fortaleza erigida en 1780 como guarnición militar por el emperador José II en homenaje a su madre) que el Tercer Reich estableció en el territorio del Protectorado de Bohemia y Moravia para tratar de vender sibilinamente al mundo que en sus dependencias, simulando una humanitaria filantropía, reunía a artistas de toda índole para protegerles de la guerra y que pudieran dedicarse libremente y con seguridad a sus facetas creativas.

Con el permiso de Manuel de Falla, si hay un compositor español (sí, español. Aunque los ingleses, por haberse acogido al final de su vida a la doble nacionalidad, se intenten apropiar de él, como hicieron con Haendel, Haydn y Mendelssohn…) importante en el siglo XX, ése es el tarraconense Roberto Gerhard Ottenwaelder.

En los años de la retirada al ostracismo de Rossini, que a partir de su Guillaume Tell de 1829 no compondrá ninguna ópera, y hasta la eclosión del intocable Verdi posterior a su Rigoletto de 1851, el peso del teatro lírico italiano recae durante más de dos décadas en Bellini y Donizetti. Vincenzo Bellini (1801-1835) ya había decidido, al contrario que el prolífico Donizetti, escribir sólo una ópera al año a fin de lograr productos artísticos redondos, equilibrados y trabajados a conciencia.