About the work
https://valentina-lujan.es/P/pontelacinta.pdf
Ponte la cinta en el pelo, aquella de seda rosa, y en los dedos los anillos a juego con las ajorcas que llevabas aquel día cuando fuimos a una boda aquella tarde de mayo en que no apareció novia y la madrina y su hijo y sus hermanas y todas las tías y las abuelas proclamaron que en qué hora se les cruzó en el camino una chica con tan poca decencia y tanta frescura y una cabeza tan loca.
Ponte la cinta en el pelo, aquella de seda rosa, la que solías llevar cuando caminando tan garbosa te paseabas por la feria y montabas en la noria y tomabas limonada y te reías de las cosas que decían unos y otros hablando de otras personas que pasaban por al lado presumiendo de graciosas y creyéndose más listas y más guapas y dichosas que esa chica de la cinta del pelo de color rosa.
Ponte la cinta en el pelo, aquella de seda rosa, y el collar de perlas falsas y la blusa de viscosa y el cinturón y la falda que te estaba un poco corta pero a ti no te importaba porque tu pensaste siempre que por qué iban a mirarte a ti los chicos si otras eran mucho más simpáticas y sabían bailar y todas sin excepción ni prejuicios nadar y guardar la ropa y alguna carta en la manga y, sobre todo, las formas.
Ponte la cinta en el pelo, aquella de seda rosa, aquella que tú bien sabes que no te pusiste nunca tan temerosa que fuiste siempre y siempre tan medrosa de que pudiera decirse que si imaginabas cosas que no pasaban siquiera por las cabezas de otras que bastante más bonitas, y de largo más graciosas, no dejaron que las viesen dejar como tu dejaste a la madrina y su hijo compuestos y sin la novia.
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Coplillas
Poesía
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.