About the work
https://valentina-lujan.es/A/amimadreyquedecia.pdf
Altramuces en cartuchos/ de papel de estraza un día/ cuando niña yo compraba/ a una mujer que vendía/ cigarrillos, chicle y pipas.
Eran tiempos de escaseces/ tiempos de poca alegría/ tiempos de los que deseaba/ que se pasaran deprisa.
Y ser mayor y marcharme/ lejos de donde crecía/ donde ni me conocieran/ ni conociese yo gentes/ que recordasen los tiempos/ ni lugares ni tristezas/ en los que yo me movía.
Y pasó el tiempo a su paso/ y no al que yo le pedía.
Y se fueron yendo gentes/ de aquellas que conocía/ y los niños que jugaban/ conmigo cuando quería/ ser mayor para marcharme/ lejos de donde no había/ más que sueños y altramuces/ y cigarrillos y pipas/ que vendía una mujer triste/ en su puesto ahí en la esquina/ esperando yo a mi madre/ cuando del cole volvía.
Y mi madre regresaba/ del mercado y me reñía/ porque mientras la esperaba/ a la mujer de la esquina/ le había pedido algún chicle/ regaliz o algunas pipas/ diciendo que en regresando/ mi madre que volvería/ del mercado de aquí a poco/ ella se lo pagaría.
Porque era mujer mi madre/ de antigua usanza y decía/ que en no siendo muy preciso/ no debe comprarse nunca/ al amparo del se fía/ ni a cuenta de hacerse cuentas/ que luego no cuadrarían/ nada que fuera a ser causa/ de sinsabores ni riñas/ en hogares que en habiendo/ lo que sí se necesita/ para qué meterse en trampas/ ni complicarse la vida.
25 de marzo de 2011
Coplillas
Poemas
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.