About the work
http://valentina-lujan.es/B/Biela.pdf que era lo que por respeto a la tradición se daba por sentado según el código de buenas conductas que regía en nuestra comunidad debían buscar los meritorios, los recién llegados que aspirasen a labrarse un porvenir para, una vez bien situados y con su credencial de persona respetable en el bolsillo, echar a andar pasillo adelante por el ancho mundo que se extendía ante los ojos aun somnolientos y un poco enrojecidos del cuitado abarcando, en toda su extensión, el espacio comprendido entre el tiempo que se perdiera sin saberlo y la paz que se encontrara al darse de manos a boca no ya con las esperanzas desmedradas y marchitas — que con eso ya se contaba, con los dedos los unos y con gran profusión de detalles pintorescos los otros — de los que regresaban exhaustos sino, mucho más inesperado, con la convicción absoluta, serena, que no altiva, amable y bondadosa, segura de sí misma, de mirada enigmática pero sonrisa afable que, desde su silencio {apenas roto por un leve quebranto de cualquiera de las normas más elementales y, por tanto, exigentes y despiadadas, demandantes de ser cumplidas a rajatabla y sordas, como tapias —fueran, a elección del concursante y pasando por alto el entender (o no entenderlo, pero para eso ya estaba la clase de Filosofía y su Lógica que si no del todo aplastante sí resultaba para la mayoría de los asistentes pesadísima ) qué tipos de vidas o de muertes pudieran darse (o quitarse) “detrás” o “junto a” unas u otras, de cementerio o de convento pudiendo, en tal caso, decantarse por benedictino o trapense o de clausura—, a ruegos y a preguntas y a toda explicación que pretendiera dárseles así, de cualquier manera y sin la presentación y el envoltorio adecuados para ser, como todo el mundo estaría a aquellas alturas debidamente informado, ofrecida no a modo de cohecho con papel celofán y muchos lazos — error en el que caía prácticamente a diario una treintena, y a veces más, de (a partes iguales si había suerte y el total daba par) descuidados e ignorantes — sino como regalo seleccionado con esmero atendiendo a los gustos y a la sensibilidad del destinatario} y su quietud daba alas a nuevas, apenas incipientes, prometedoras recién nacidas esperanzas. Etiqueta: Papeles Categoría: Telas
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.