About the work
https://valentina-lujan.es/S/sentencia.pdf Sentencias de pies torpes que se arrastran sobre el verdor de caminos visitados, hace mucho… frío, sensación de pérdida o de miedo o de estar recordando una mixtura, amalgama, confusión, vorágine de qué no fuera más que un sueño; sin cuerpo, sin nombre y sin constancia y, sólo, formado de algún eco de palabras confundidas, a veces, y, las más, irremisiblemente erradas, alteradas, indefensas, condenadas a otro lugar u otro momento en los que ya no reside nada vivo que pueda en su no ser hallar paz ni el registro en que vibró — por un tiempo tan corto — el restallar del látigo que hostiga hasta su hoy alma irredenta que al fin de sus vaivenes sienta el peso de sus pasiones, premuras y desvelos, bajo la espesa opaca luz que iluminó la sombra desprovista de qué el mundo reconoció como deseo. 10 de mayo de 2011 Etiqueta: Entelequios Categoría: Prosa
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.