About the work
http://valentina-lujan.es/K/enelcasodedona.pdf en el caso de doña Loreto o, ante la evidencia de que cebollas no tenía, una ramita de perejil par aliñar con un diente de ajito bien picado unas patatas aunque, y en última instancia, no fueran revolconas y, menos, con aquella cabeza la suya tan siempre tan sin poder evitarlo en otra parte y, el vaso — que dónde aquella tan amable pero tan entrometida lo pondría, ni quién le había pedido, tan solícita, que la ayudase a nada —, en el segundo estante del aparador de la derecha que tiene reservado para, allí y no verse obligada a dar cien vueltas cuando busca el Synulox para el gato, localizar las medicinas entre las magdalenas y… anda, pero fíjate cuatro botones que, desde hacía por lo menos año y medio, dónde los metería… y, ahora, de buenas a primeras y sin contar con ello, tan envueltitos los cuatro de su rebeca — que se tuvo que terminar comprando otros — gris marengo en una servilletita de papel dentro del azucarero, tan fino, que nunca utilizaba de la abuela… (Continuará) ---- Cuando disponga de un instante de sosiego, tan pronto “me vea libre de los dichosos sobrinos”; declara, a la nube de periodistas que la asedia a la salida de la presentación queriendo saber cuándo habrá una segunda entrega de la apasionante historia de la señora de los canelones con la que, aun en el caso de que fuese lasaña, ella, Loreto, se siente identificada hasta el extremo de poder afrontar la delicadísima misión de ser su alter ego. ----- Tan distinta Osoria –la hermana de Sergio y tan, por una cuestión casi seguro decía Gervasio de genética, “proclive”, decía la señorita Licinia, a buscar siempre algo que le fuera familiar (“tan habituada ella, pobrecilla, a sus pucheros”, dejaba caer como de pasada, y “acuérdate; pero, en caso de apuro, una espumadera o cualquier otro utensilio de cocina también puede valer”)– de Mariló que, y eso que a veces le soplaban por detrás “di un rizador de pestañas o un cancán”, jamás hizo acopio del valor suficiente para descolgarse con semejante frivolidad. Etiqueta: Papeles Categoría: Telas
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.