About the work
https://valentina-lujan.es/B/mercedalabuenaindustriay.pdf merced a la buena industria y las muy hábiles negociaciones llevadas a cabo por un cuñado de Teresita Ledesma ― casado con su hermana mayor aunque profundamente enamorado de Amanda, la más pequeña de las Cuervo ― que, muy bien relacionado con los más altos dignatarios de la ciudad gracias al prestigio que él solito, con su exclusivo esfuerzo y laboriosidad supo poco a poco ir labrándose empezando — porque, decía comprensiva y muy cargada de razón su abuela, por algo se empieza y luego se llega donde se llega —, adolescente apenas, por hurtar barras de carmín y colorete a su madre y hermanas y, a eso ya de los veinte, robando horas al sueño para, bien temprano, antes de entrar a las nueve en punto en la barbería donde ejercía de aprendiz porque, y en eso tenía mucha razón la abuela, por algo se empieza, no correr sino — pertrechado de los útiles de maquillaje que se compraba con sus propios aunque todavía exiguos ingresos — no correr sino volar rastreando, impaciente y con el corazón palpitante de emoción todos los hospitales de la ciudad para llegar, a la larga porque lo uno lleva a lo otro y todo cuanto tenga que ver con la belleza, argüía Teresita entendiendo que con los cuñados mejor llevarse bien con vistas a las cenas de Navidad, alguna relación tendrá, con los paisajistas más afamados de la, no ya tan pequeña con el paso del tiempo pero siempre sí muy nuestra, comunidad. Etiqueta: Transgresiones Categoría: Telas de araña
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.