About the work
http://valentina-lujan.es/R/contratarunas.pdf que a mi madre le pareció, según su costumbre (“para no decepcionarme, ¿verdad? — pensé con ironía, o amargura, como a veces se parecen tanto —, que milagro sería que te pareciese bien cualquier cosa que yo haga”), una decisión muy absurda “porque sabes — argumentó, tan controladora, tan queriendo llevar siempre las riendas de mi vida — que, para este cuchitril en el que vives, que ni alfombras ni cortinas, con una vez cada dos o tres semanas que te mandase a Espeusipa para que te pusiera la lavadora y te planchara las camisas tendrías suficiente, sin necesidad de meter a una persona extraña en casa”. – Para mí Espeusipa lo es. No la he visto jamás. – Porque, como nunca vas por casa… Pero lleva conmigo desde antes incluso de marcharse tu padre. – ¡Eso sí que es absurdo! – ¿Absurdo tener más ya de veinte años una persona tan de confianza? – Absurdo utilizar eufemismos cursis para decir morirse. – No es eufemismo. Que nunca te lo quise decir antes porque eras pequeño… – Ese puede que no, pero cualquier otro y para todo, siempre te han gustado los eufemismos, una forma ridícula y cobarde de enmascarar la realidad. – Eras muy pequeño para poder entend… – ¡Pero si todos son muy fáciles! Muy obvios, todos acuñados al son de eso que se ha dado en llamar, de forma eufemística también, políticamente correcto. – Tu padre, a ver si lo entiendes, que qué poquitas luces que a quién habrás salido, se marchó cuando tenías tres años no al otro mundo sino a no sé qué isla con un nombre rarísimo de la Polinesia. – Pues podías habérmelo dicho — porque yo, que algo de mi madre tendré, también me sé poner mordaz cuando me pongo —sin ningún problema; lo habría entendido perfectamente. – ¿No te acabo de decir que es un nombre muy raro? Nunca supe pronunciarlo. – ¿Y, ella? Porque me figuro que… – Ella sólo Nicolasa. Manicura. De Sigüenza. Mi amigo, cuando se lo conté le hizo gracia; pero a mí no me hizo ninguna haber desperdiciado de una manera tan tonta algo más de casi una hora y, así a ojo, un poco más de página y media; total para tirarlas. Etiqueta: De entre los papeles de un baulito chino Categoría: Telas de araña
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.