About the work
https://valentina-lujan.es/trans/algoquesinqueres.pdf que así al pronto tuviese que estar muy definido — porque, en primer lugar, él nunca me había comentado nada de que perteneciera al gobierno ni a ningún estrato rimbombante de la sociedad y, en segundo lugar, porque a ver si iba yo a, en mi entusiasmo, estar sobrevalorándolo y que luego se quedase en nada — mostrara, en una primera impresión que es siempre muy importante y una pista bastante fiable de cómo van a ir las cosas en lo sucesivo, un perfil que pudiera gustarle y, alagado, se sintiese inclinado a prodigarme una confianza que, esa sí, iba a resultarme imprescindible hasta que me soltara lo bastante para empezar a acariciar el sueño dorado de independizarme. Fin Así terminó Sansón Restrepo el mote para las Versaciones de un chupaplumas que don Miguel mandó hacer a los chicos de tercero B para la evaluación del segundo semestre de la asignatura de lógica comparada y sus derivaciones más o menos transversales pero nunca oblicuas porque, y convenía recordarlo, don Miguel detestaba tanto las derivaciones oblicuas como las estratíficas o, si tocaba época de alergia al polen, las sinaléficas. Etiqueta: Borradores para un baúl Categoría: Telas de araña
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.