About the work
Enredar la madeja
Juego de niños
y trampas de gusano.
Tiras la piedra,
rompes el cristal,
y escondes la mano
para que nadie sepa
por dónde vino el bellaco.
Y cuando la tapa se destapa
tratas de ocultar la trampa
y así, como sin querer,
pero queriendo,
vas tapando la mentira
con otra mentira más gorda,
y engorda la bola, engorda,
hasta que se hace tan grande
que no hay patraña que la esconda.
Y cuando el embuste te señala,
sin inmutarse tu rostro,
escupes para otro lado,
le caiga a quien le caiga
tu perverso escupitajo.
No es un juego de niños, no.
Es el carácter malvado
de aquellos que siempre pisan
a los pasan por su lado.
Information about the work: | |
Year | 2024 |
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Extension | 27 versos |
Subgenre | verso libre |
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About the creator
Pintor de corto recorrido y poeta de puertas para dentro. Lobos contra corderos. Los lobos están en la calle, al acecho. - Y ¿dónde estamos los corderos? - Encerrados en el corral, tras hermosos ventanales. Ventanales que nos permiten mirar, desde dentro, sin que se nos vea. Tras ellos nos sentimos protegidos en nuestra celda de cristal. ¡Frágil, como el cristal, es nuestro castillo! Y los lobos patrullan las calles. Y persiguen y acorralan a los que huelen distinto, y a traición, por la espalda, les clavan sus afilados cuchillos. Los lobos son dueños del miedo que se esconde tras los cristales. Y olfatean la sangre callada que agacha la cabeza del cobarde. - ¿Has dicho cobarde? - Sí, cobarde, he dicho. Como cobardes nos escondemos. Y cada uno de nosotros, los que callamos, somos responsables de que falte la libertad en nuestras calles. “Atado a un poste de hierro, duerme, manso, nuestro perro”.