El fantoche y el (d)emérito
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Dividida en dos partes con diversos cuadros y un epílogo, la obra requiere la intervención de un gran protagonista que realice doble papel. Presidente/expresidente y rey/rey (d)emérito.

Otros personajes más o menos breves, la limpiadora, el abogado, la esposa, el demócrata, el rico, el fan, la Estatua de la Libertad, el republicano, el inmigrante, el pobre, el soldado, el homosexual, el financiero, la actriz porno, la reina, el nuevo rey, la nueva reina, el yerno, una amante, el asistente y una hija, pueden interpretarlos, aproximadamente, tres actores y tres actrices. Además, se escuchan distintas voces en «off» con obsesivo clima.

Empieza el ácido (no desmadrado) «show» con el presidente que llega y monta números en cadena para desarreglar todo y poner las cosas peor con su espíritu de feriante y sus trapos sucios. Hasta que pierde en las urnas pero sin reconocer la derrota, y organiza un golpe, un cachete de Estado.

En la segunda parte, los reyes viven su asfixiante rutina, y a los nuevos reyes les ocurre algo parecido. El (d)emérito acoge la sucesión de escándalos y las supuestas corrupciones refugiándose en un lujoso hotel extranjero con privacidad absoluta. Aburriéndose en su exilio de oro. Solo, con achaques de hombre mayor, evoca sus líos y confiesa en un intento de redimirse. «Me he equivocado y no volverá a ocurrir»…

Difícil ejercicio de destreza interpretativa en la parte final, desdoblándose, fusionándose el principal actor con sus dos papeles. «¿Por qué no te callas?», dice alguien. Me callo. Hasta la página siguiente.

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Code: 2409079345162
Date: Sep 7 2024 12:05 UTC
Author: Marc Llorente Mena
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About the creator

“El absurdo lógico, el compromiso social y la transgresión o la irreverencia, en sus piezas teatrales, se dan la mano con críticas pinceladas. Incisivas, ácidas, cínicas o tiernas”

Actualmente, autor de teatro, docente, actor-payaso, director, escritor, humorista gráfico, columnista de opinión y crítico de espectáculos del Diario INFORMACIÓN de Alicante, desde hace más de veinte años. Estudió arte dramático en Madrid, escritura para guionistas y dramaturgos y risoterapia. Es miembro de la Academia de las Artes Escénicas de España…

El absurdo lógico, el compromiso social, la transgresión o la irreverencia, en sus piezas teatrales, se dan la mano con críticas pinceladas. Incisivas, ácidas, cínicas o tiernas. Trasposición de ideas, conflictos existenciales o una radiografía tragicómica de los individuos, de la realidad y sus circunstancias, burlándose del tópico, de los convencionalismos y los lugares comunes con un enfoque simbólico. O evocando el espíritu de la comedia.

Entre otras cuestiones, tiene cuarenta obras teatrales y ha escrito varios libros por ahora: «Paco Huesca. Secuencias de una vida o una vida de película», «Apuntes (irónicos) sobre el confinamiento», «201+41 críticas de espectáculos», «Teatro completo (I). El gran teatro absurdo (o casi absurdo) del mundo», «105 meditaciones intrascendentales. Insólitas y tragicómicas» o «Charlas entre dos con personaje solo. 51 micromonólogos desenfadados, reflexivos y agridulces».

Todos ellos se pueden adquirir, entre otros lugares, en Amazon.

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Portazo al teatro (o declaración teatral de amor en el fondo)
Portazo al teatro (o declaración teatral de amor en el fondo)
Teatro de la mala leche e irreverencia en diez partes para dos actores. Acidez e ironía con dos actores (uno más joven y otro más maduro) que a su manera hacen, entre otras cosas, un recorrido por la historia de la literatura dramática para provocar el rechazo o la adhesión al género. De forma entretenida y didáctica. Situaciones, autores, tragedias, dramas, comedias, tendencias, personajes… Destapar y contar verdades a través de la mentira, o reflejar nuestra situación individual y social y problemas intemporales de cada época. «A mí qué me importa la política cultural o que el teatro sea una ceremonia para encontrarse consigo mismo, con los demás y con el mundo», argumenta uno. «El teatro es un espejo de la vida humana», dijo Cervantes. «Un espejo roto, una puñeta, una chapuza». Es decir, «toda esa farándula que envenena despacio, despacito». El teatro reside también en el mundo mineral, vegetal y animal. ¡En la propia vida! Desde los tiempos griegos hasta las nuevas corrientes teatrales. Nora da un portazo en su casa de muñecas, y el actor más maduro da su portazo al arte teatral. Teatro de allí, de allá o de aquí. Jardiel y la crítica. Y un Mihura si dar golpe en el cielo. ¿El humor? «Desdramatizar y desmarcarse de la idiotez global, de los corsés, y un sueño que por fin se ve realizado». El comediante más veterano huye de la endogamia, del amaneramiento, de la vanagloria, del postureo y de esa semilla sembrada en la conciencia ética del espectador. «Las autoridades sanitarias deberían advertir de que ir al teatro perjudica gravemente la salud, así como la antropología teatral, su repercusión sociocultural y la investigación escénica producen almorranas». Quiere curárselas desmarcándose de la idiotez global, del guiñol diario y de la cachiporra de las élites. De los monigotes teatrales y de los fantoches de la política. A los compañeros de profesión les dice que les zurzan y que se metan su esnobismo, la competitividad y su hambre de popularidad y éxito donde les dé la real gana. Los dos actores están condenados a no entenderse. ¿Portazo al teatro o declaración teatral de amor en el fondo? Siempre esperando a Godot… El espacio sonoro, las videoescenas y una abstracta y ligera escenografía deben jugar un papel significativo en la representación. Ambos actores visten de negro en este juego teatral permanente.
/ Script and dramaturgy
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