About the work
https://valentina-lujan.es/P/peregrinosdelazar.pdf
Si caminas, me dijo, en línea recta regresarás al punto en que partiste, por la mitad de la línea que separa el sí del no, el tiempo pasado desde que olvidaste y el transcurrido hasta que volviste a recordar cómo sería el perfil de un futuro que, si llegaba, sería disfrazado de pretérito, sí, pero tan pluscuamperfecto y – por ir precisando – de subjuntivo que por más que quisieras reconocerlo lo confundirías, como ya sucediera en tantas ocasiones, con el ir y venir de las olas o, si te sorprendía desgranando las cuentas del collar que te obstinabas en llamar ‟de perlas” aun sabiendo, como muy bien sabías, que eran sólo abalorios de muy poco valor, con el traer y llevar ― a sus espaldas ― de recados y otros enseres los peregrinos del azar y, en tal caso, desnortado y perdido el oriente, se precipitaría, como loco, a buscarse sin pararse a recapacitar que, en su atolondramiento y en sus prisas, estaría obviando, ignorando, pisoteando aquella característica tan inconfundible, única y tan suya, que tan pronto puede hacerlo ser aguardado con temor como con alborozo y… entonces, entonces aun no queriendo reconocerlo entenderás que no podrías confundirlo aunque quisieras, que es el punto desde el que partiste, por la mitad de la línea que separa el sí del no, el tiempo pasado desde que olvidaste y el transcurrido hasta que volviste a recordar cómo sería el perfil de un futuro que, si llegaba, sería disfrazado de pretérito, sí, pero tan pluscuamperfecto y – por ir precisando – de subjuntivo que por más que quisieras reconocerlo lo confundirías, como ya sucediera en tantas ocasiones, con el ir y venir de las olas o, si te sorprendía desgranando las cuentas del collar que te obstinabas en llamar ‟de perlas” aun sabiendo, como muy bien sabías, que eran sólo abalorios de muy poco valor, con el traer y llevar ― a sus espaldas ― de recados y otros enseres los peregrinos del azar y, en tal caso, desnortado y perdido el oriente, se precipitaría, como loco, a buscarse sin pararse a recapacitar que, en su atolondramiento y en sus prisas, estaría obviando, ignorando, pisoteando aquella característica tan inconfundible, única y tan suya, que tan pronto puede hacerlo ser aguardado con temor como con alborozo y… entonces, entonces aun no queriendo reconocerlo entenderás que no podrías confundirlo aunque insistieses.
2 de mayo de 2017
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.