About the work
http://valentina-lujan.es/V/vuelosnublados.pdf
Vuelos nublados rodando, en cúmulos de nefastas imponentes inclemencias nimbadas de somnolencias amodorradas, en fuentes que rebasan sinsabores, o amarguras, o los áridos surcos curvados de incautos procederes engañosos disfrazados de promesas de recuerdos que no encuentran acomodo en la conciencia, ni en las cárceles selladas de lacres en las miradas oscuras de andanzas calmas derrotando la espesura de bosquejos arrollados por el intrépido arrojo de cuentos almibarados narrando historias absurdas, de gentes que buscan cimas en que encaramar sus necias ensoñaciones melifluas; arrastran sus alas blancas por el lodo, o por la escarcha aterida de redobles de redoblados esfuerzos por recuperar la extraña, despreciada, desmentida dignidad que se denigra en nombre de conveniencias que se revelan cautivas de seductoras esperas de imposibles, irrisorios, fantasmales porvenires.
8 de noviembre de 2010
Silogismoa
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.