“Vida” / 1205 resultados
Filtrar
Ordenar resultados por:
Mote para "Vidas"
Mote para "Vidas"
https://valentina-lujan.es/doc/Vidasdos.pdf (Texto en imagen pdf) Oyendo cómo todos querían salir de sus vidas yo me seguía mirando y unos se paraban y otros corrían más rápido de lo que jamás corrieran hasta, al menos, la última de las fechas que habiendo hecho méritos suficientes para ser merecedora de honor tan insigne cual lo es el pasar a la HISTORIA con mayúsculas que podía verse en Copperplate Gothic Light y enormes caracteres muy bien dibujada, cada letra en un color distinto y con cuidado de que la combinación fuese armoniosa y no hiriese por un pelillos a la mar de tres al cuarto y sin necesidad ninguna las sensibilidades de ningún ciudadano o ciudadana por, total, algo tan tonto como que una “hache”1 amarilla2 fuese, de manera irreflexiva o imprudente, a quedar al lado de una “i” latina roja evocando la bandera alemana o la de Andorra o la belga o la de Benín o, por no alargarnos hasta la T de Timor Oriental3, quedarnos por tomar un ejemplo cercano con la española o, la “i” roja, al lado una “ese” negra enalteciendo la de Afganistán o la de Angola desatando las iras de alemanes reclamando que qué pasa con
Alicia Bermúdez Merino
/ Novela
Visitas 3
Un suspiro de aflicción de la vida en octosílabos
Un suspiro de aflicción de la vida en octosílabos
https://valentina-lujan.es/U/unsuspiro.pdf Un suspiro de aflicción, la sonrisa de un bufón, una cuestión de opinión, la letra de una canción, la marca de un campeón, un verano en Corcubión, arribar a un colofón, hervir una coliflor, una rama de estragón, una cara de estupor, el impacto de un tapón, la dulzura de un bombón, una bala de cañón, un lenguado de ración, una pifia de un bribón, la tristeza de un adiós, una loncha de jamón, tres tiestos en un balcón, el calor de la afición, un profundo socavón, una incierta conclusión, un paisano socarrón, cuatro metros de cordón, un “¡atiza, ya las dos!”,la puerta que se cerró, el perdón que se negó, la herencia que se otorgó, un ataque al corazón, un remiendo en un calzón, un zapato de tacón, el sol en un rosetón, los porqués del que mató, el ardor de una pasión, el guardián de una prisión, una moto de ocasión, un barquito de vapor, la trama de una traición, el brillo de un resplandor, el dolor de un pisotón, extirpar un espolón, un muerto en un panteón, leche tibia en un tazón, una playa de Luzón, una rubia de impresión, una vieja en camisón, atizarse un coscorrón, un discurso de un tirón, la cogorza de un fiestón, una rara conjunción, “¿quién ha visto el calzador?”, un golpecillo de tos, la cabeza de un sifón, un “cómo te diría yo”, los efectos de un tifón, un perro que me mordió, un poquito de emoción, otro que sólo ladró, una tonta presunción, ojo con el escalón, la tormenta que arreció, un colarse de rondón, la raya de un pantalón, una mancha en un honor, un punto que se soltó, una escena de terror, de cuchillo y tenedor, la negrura del carbón, una pequeña extensión, el porte de un gran señor, la huella que se borró, el café se terminó, la sorpresa de un roscón, un “permiso por favor”, la ventana de un salón, un pedo que se escapó, la rueda de un camión, un desgarro en un telón, la mesa del comedor, emprender una misión, aprender una lección, recitar una oración, cometer una infracción, un vigía en un torreón, una alarma que saltó, seis gules en un blasón, un bostezo en el sermón, un blusón sin un botón, la hebilla de un cinturón, “¿ha pasado el revisor?”, un garrote y un zurrón, “tráeme el destornillador”, un redoble de tambor, el doble de dos y dos, ocho noches en Gijón, la jaula de un gorrión, una necia ostentación, la cuenta que alguien saldo, una prenda en un cajón, la ocasión que se perdió, la pérdida de un reloj, un tiempo que se encontró, trabajar de sol a sol, la soledad del creador, un que si sí que si no, un no sé qué de aprensión, un cuento que se acabó, un gato que me arañó, un tenue rayo de sol, la tormenta que escampó, el vino que se vertió, la hiena que se rió, un vacío que se dejó, un acto de contrición, un amor que se olvidó, un pecado sin perdón, la madre que a uno parió, un trocito de turrón, una muy buena intención, una falta de atención, un acto de insumisión, “quién da la vez por favor”, la llegada de un doctor, que dice vaya por Dios, y que tengo sarampión… La vida en octosílabos
Alicia Bermúdez Merino
/ Novela
Visitas 2
Una cena de hermandad de la vida en octosílabos
Una cena de hermandad de la vida en octosílabos
https://valentina-lujan.es/U/unacenadeher.pdf Una cena de hermandad, curva sin felicidad, los caprichos del azar, la pausa para almorzar, cuatro perros y un bozal, las espinas de un zarzal, el pavor de un despertar, el favor que no se hará, el “aquel” del qué dirán, lo que contiene un morral, una peca y un lunar, la cantina del penal, dos cortinas de percal, una merienda informal, el agua de un manantial, el sombrero de un zagal, la turba de un tremedal, el temor a no acertar, una piedra de amolar, un amagar y no dar, un dardo que apunta mal, un punto sin aclarar, un clamar por la verdad, un verso que recitar, unas formas sin guardar, la guarida de un rufián, el rugir de un vendaval, unos platos sin fregar, un grifo y un delantal, un catarro sin curar, un cura anticlerical, las delicias de un manjar, un mugido en un corral, la soledad de un erial, el sol en un ventanal, ¿Hay que ser tan suspicaz?, cuatro trajes sin cortar, un círculo sin cerrar, los oriundos de un lugar, un lagarto y un rapaz, el respaldo de un aval, una patera en el mar, esa tos que a veces da, una esquina sin doblar, tres doblones por pagar, la osadía de un incapaz, un vestido de un retal, una paloma torcaz, no sentarse en el brocal, prohibido regurgitar, temas que se han de tratar, ¡aún dos leguas por andar!, las tontunas de la edad, una tormenta estival, las molestias del errar, un doble salto mortal, un faro en la oscuridad, una ocurrencia fatal, ¿quién se ha llevado la sal?, un cantante y su cantar, un compromiso formal, un retrato sin firmar, la rotura de un cristal, los riesgos del murmurar, se permite no estorbar, las dos vueltas de un collar, un collado al que trepar, una tropa que guiar, un rodillo de amasar, el ojo de un huracán, un amor muy pasional, un pasado que olvidar, un asunto sin zanjar, una zanja que saltar, el primo del magistral, un castaño y un rosal, un pañuelo que anudar, ¿me permite usted pasar?, arrancar un matorral, un jersey sin terminar, malgastar un dineral, un camino vecinal, un encuentro virtual, un timorato muy audaz, donde la sombra no da, un castillo que heredar, un plazo que vencerá, una gorra sin ladear, morir antes que pecar, una cita literal, el babi de un colegial, esperar a ver qué tal, un combate singular, el tren que no pasará, la sombra de un palmeral, una sensación fugaz, el colmo de lo inmoral, una aguja y un dedal, no temer la adversidad, registrar la propiedad, reprobar la iniquidad, velar un muerto y rezar, referir qué salió mal, un libro que encuadernar, una mañana otoñal, un misterio que aclarar, queso y un trozo de pan, ¡qué ganas de fastidiar!, las virtudes de un rival, un riachuelo que vadear, un mochuelo que ve mal, un trauma que superar, permítame discrepar, un pistón y un cigüeñal, un cuclillo y un zorzal, una decisión crucial, lo que una suma me da, un mandato que observar, aguantar sin respirar, dos guadañas y un puñal, un paisano al que abordar, abstenerse de opinar, una plaza que asediar, lo odioso del comparar, una ruta que explorar, ¡no explotar al personal!, tener una idea genial, una costilla de Adán, un comentario mordaz, traicionar una amistad, redactar un memorial, una sonrisa cordial, una muela que sacar, un remedio muy eficaz, un borceguí que calzar, prometer no hacerlo más, una mano que estrechar, una falda que alargar, ¿me podrá usted perdonar?, un pizarrín que borrar, una tabla de planchar, la prohibición de fumar, el quinto no matarás, negarse a colaborar, dar palabra de no hablar, decir no poder ya más, retirarse a meditar, repartir con equidad, un objetivo a lograr, la tinta de un calamar, un llavero de metal, algo digno de ensalzar, prendarse de una beldad, una súplica a elevar, un paquete que enviar, un caballo sin ronzal, un mandoble que asestar, apostar a rojo y par, prometer no perjurar, una caña de pescar, una baja intensidad, un intenso malestar, algún dios al que adorar, ¿a quién toca barajar?, un saber improvisar, las ciruelas de un peral, no dar oportunidad, una aguja que enhebrar, algún guante que lanzar, resistir sin rechistar, ¿quién es Fulano de Tal?, mirar antes de cruzar, cuatro flechas y un carcaj, y como parece ya, que no cabe nada más, me dispongo a terminar, y a colocar sin tardar, ese punto que será, el mal llamado “y final”, aquí que es el de verdá. La vida en octosílabos
Alicia Bermúdez Merino
/ Novela
Visitas 2
Una ventana entreabierta de la vida en octosílabos
Una ventana entreabierta de la vida en octosílabos
https://valentina-lujan.es/U/unaventanaentreabierta.pdf Una ventana entreabierta, una mentira encubierta, el silbar de una sirena, el collar de una condesa, el olor a menta fresca, el deslizar de la inercia, la brevedad de una espera, el azul de unas ojeras, el arrastrar de cadenas, el incumplir las condenas, dos minutos y hora y media, aceitunas en salmuera, no divulgar las miserias, un jarrón con dos gardenias, el crepitar de una vela, un rencor que se alimenta, el sacudir de una estera, un caramelo de fresa, los zapatos de un hortera, el rodar de una calesa, un tomate en la nevera, tres naipes sobre una mesa, un pensar con la entrepierna, caminar sobre la arena, lo que cuenta una portera, un fuerte dolor de muelas, un sinsabor que desvela, una jarra de cerveza, una historia que se enreda, saber vencer la pereza, la reina de una colmena, los pulsos cuando se alteran, una comida grasienta, los intereses que imperan, el humear de una tetera, recuerdos que no concuerdan, cuatro puntos que se sueltan, los restos de una merienda, un propósito de enmienda, no tener nada de cena, cantar uno las cuarenta, una verdad que se niega, amonestar al que yerra, un perfume que fermenta, el bofetón de una afrenta, un pez en una pecera, una madre que se mienta, una llegada a la meta, un anfitrión que se ausenta, el césped de una pradera, la curva de unas caderas, un rótulo en una puerta, la rive gauche del Sena, un asomo de entereza, la ocasión que no se tercia, el perdón que se nos niega, una cesta con cerezas, un cuento que no interesa, forraje en una carreta, la mitad de una quincena, una asquerosa indecencia, un secreto que se inventa, una salsa que no espesa, dilapidar una herencia, alguien que llega y se cuela, un fiambre en la trastienda, un borracho que vocea, un camino que se estrecha, la traición que se sospecha, el balido de una oveja, tender ropa en una cuerda, un asomo de vergüenza, calentar unas lentejas, dos amantes que se enfrentan, no encontrar una pamela, un sonido que molesta, lograr algo por la fuerza, una barraca de feria, los ojos de una pantera, una puerta que no cierra, una rama de canela, un atardecer cualquiera, reírse como una hiena, anunciar la primavera, un puñado de monedas, una bata de franela, el fragor de una contienda, cierto peligro que acecha, una pizca de pimienta, una estúpida torpeza, unos pendientes de perlas, el honor de una doncella, un recuerdo que se aleja, un amor que se impacienta, una bola que no rueda, una sombra en una almena, un envejecer sin pena, los avances de las ciencias, un arco y ninguna flecha, la albufera de Valencia, una matrona que llega, un ramito de caléndulas, ponerse de vuelta y media, un tesoro que se entierra, llegar muy tarde a una fiesta, una caña que no pesca, un vendedor de pulseras, una oscuridad que aterra, los andares de una reina, algunos copos de avena, una herida que se venda, una tarde de tormenta, un torrente de tristeza, oler algo que alimenta, resistir mientras se pueda, un carnaval en Venecia, una observación certera, la carrera en una media, un feliz brillo de estrellas, una música sin letra, una copita de absenta, un eslabón que se suelda, ninguna huella en la arena, unas enaguas de seda, la solución de un problema, una mosca en una oreja, un pinchazo en una rueda, una cana en una ceja, un ciclista que se acerca, panales de miel de abeja, las noches de luna llena, la riña de una pareja, un aroma de verbena, un soldado cuerpo a tierra, un fulgor que reverbera, un despertar sin pereza, amortajar a una muerta, hacer trampa en una encuesta, incumplir una promesa, arrancar la mala hierba. La vida en octosílabos.
Alicia Bermúdez Merino
/ Literatura
Visitas 2
Cosas de la vida
Cosas de la vida
https://valentina-lujan.es/D/dicequesiseh.pdf Dice que si se hubiera visto en la necesidad de hacer una descripción minuciosa habría dicho que era una lluvia muy fina, o algo parecido ―rectificando, con cierta desgana―, algo muy similar a lo que podría recordar, si el esforzarse tuviera sentido para alguien que diese indicios de valorar el esfuerzo, lo cual duda, como la pared de ladrillo rojo que rodeaba con sus brazos de hierro (amputado uno, a la altura del codo) el perímetro, que a lo mejor era circunferencia, pero entiende que para qué afinar tanto, el corredor que conducía a los cuartos que siempre se llamaron de arriba si bien, cosas de la vida que para qué afanarse en comprender, todo el edificio constaba de una sola planta dividida en pequeños habitáculos separados por mamparas que, no llegando al techo, dejaban oír todo lo que se hablaba en los cuartos contiguos a la gran hondonada donde era costumbre almacenar lo que se había dado en denominar “las herramientas” aunque no eran mas que las sombras deshilachadas y bastante descoloridas de quienes, (hace una pausa y toma aliento) habiendo pasado por allí sin rumbo, se vieron, tal vez sin querer, reflejados en tal o cual síntoma de cualquiera de las dolencias que aquejaban a los habitantes del otro lado de aquello que, siempre se dijo, parecía un puerto aunque nadie jamás había visto barco alguno, ni allí ni en ninguna otra parte; no éramos (musita) gente de mar, ni siquiera de río, y como por otra parte siempre fuimos poco aficionados a viajar tan sólo veíamos las cortinas de colores siempre muy vivos, demasiado alegres para el entorno que gentes como los de allí podíamos ofrecerles, pero así eran las cosas y así las cortinas que, ya digo (dice) eran de cretona y flores muy grandes. Pero que no se vio en tal necesidad, aunque asegura que se fijó muy bien y que incluso se puso las gafas, las de cerca, las mismas que utilizaba para cortar los tablones que luego, si daba tiempo, servirían para recitar las letanías cansinas de las siete y media, hora punta donde las haya (según no ella pero sí según la esposa del administrador, obsesionada siempre con preparar los búcaros y los guardabarros en el sitio adecuado antes de aplicarse a cocinar y, si no, la salsa le salía o muy espesa o demasiado clara), y si no daba, se dejaban en el cajoncillo de arriba del aparador, bien colocados y perfectamente paralelos unos con otros, hasta la mañana siguiente del primer martes impar del mes de octubre. Y que por eso, porque no se vio, no pudo enterarse de que los colores se habían transformado en pequeñas colmenas, o, rectificando, celdillas más exactamente reprendiéndose, para sus adentros, por no abandonar aquella estúpida manía por la precisión que caminaban ―entre guiones, ya, pero si se pasaba la vida regresando no llegaría nunca ni en el caso de conocer el lugar y el momento en que acontecerían; pero a regañadientes retrocedió sí hasta las celdillas (a veces hay que ceder) que caminaban apoyándose unas en las otras, tan juntas, tan hermanadas y sabiendo cuál era su lugar exacto en su pequeño universo que, oyó alguna vez, estaba amenazado de muerte, lenta, mucho más que ella desgranando el deslizar de los objetos hacia el borde de la mesa para empujarlos, luego, al precipicio de algo más de medio metro de altura por el que se despeñarían, sin miedo, sin un grito, para ir a acurrucarse contra los cascotes de un compañero de viaje con el que jamás habían cruzado más allá de un buenos días y algún comentario, de esos de puro compromiso porque a ver en un ascensor qué te dices, referente al tiempo atmosférico pero con sumo cuidado de dejarlo muy clarito; atmosférico y nada de meterse en filigranas de mencionar ni de pasada el trascurrido desde los festejos que conmemoraron el último desastre. – Qué bien se vivía entonces, ¿verdad?, cuando todavía podían contarse, uno, dos, tres, dos millones cuatrocientos setenta y cinco mil los intervalos; aquel bendito tiempo ya innombrable estaba salpicado de intervalos, grandes, pequeños, alargados, redondos como cuentas algunos y muy suaves, tanto que se resbalaban por entre las yemas de los dedos y rodaban, aviesos, para ir a esconderse bajo los muebles simulando querer jugar tan sólo, pero se quedaban con las ganas, que nadie iba a buscarlos porque para qué recuperarlos si antes o después llegarían otros prometiendo (siempre lo hacían igual, estúpidos, como si no los conociésemos) que ellos no eran como los otros, que se quedarían para siempre. Contestó a todo que sí, sin dejar de sonreír; y el hombre abrió y cerró las puertas, dos veces, y explicó que había sido un fallo informático sin mayor importancia… – ¿Y usted? Y dice que respondió algo también sin importancia. Pero que eso seguro que no. 9 de abril de 2019
Alicia Bermúdez Merino
/ Novela
Visitas 2
Un domingo en la piscina de la vida en octosílabos
Un domingo en la piscina de la vida en octosílabos
https://valentina-lujan.es/Dbre10/lavidenocto.pdf Un domingo en la piscina, por favor una aspirina, tú no eres de esta pandilla, quién me ha quitado mi silla, dónde está la ensaladilla, a la hora convenida, no te veo muy convencida, hace día de gabardina, bocadillo de sardinas, por qué tocas la bocina, una risa cristalina, un compromiso que obliga, adornos de pacotilla, la prima de tu vecina, una cita vespertina, un encuentro en la oficina, un vasallo que se inclina, un orador que musita, marcharse sin dar propina, mal humor que contamina, anillas de una cortina, el olvido de una amiga, desamor que mortifica, causas que se justifican, error que se rectifica, el arriendo de una finca, algo que se cuantifica, amor que se ratifica, estudiar la reconquista, oscuridad paulatina, una audiencia palatina, el rapto de Proserpina, darse un baño en una tina, jovencita presumida, enemigos que conspiran, una voz inquisitiva, una mujer impulsiva, una imagen repulsiva, no presentarse a una cita, huevos con patatas fritas, no me grites que me irritas, tómate las vitaminas, que me duelen las costillas, voy a leerte la cartilla, vas a morirte de risa, si es verdad no me lo digas, no quiero meterte prisa, pon la foto en la repisa, no me mires con inquina, recórtele las patillas, un potaje con morcilla, comerciar con estricnina, una cuestión pueblerina, un chaleco y tres camisas, un viandante que camina, un bebé que va y se orina, lleva la barca a la orilla, una ofensa que mancilla, los flecos de una mantilla, dale vuelta a la manilla, me azoro cuando me miras, o te quedas o te piras, no entiendo por qué suspiras, si te has muerto no respiras, no enzarzaros en rencillas, si te das prisa la pillas, deja abiertas las comillas, una goma que se estira, algo que ya no se estila, mira aquella estalactita, una sopa calentita, un reguero de inmundicia, espérame en la cantina, esa idea es muy peregrina, un sonido que da grima, a la vuelta de la esquina, el pescado tiene espinas, no te arranques la postilla, está hasta la coronilla, no te pongas de rodillas, colores que no combinan, estrellas que ya no brillan, no te pongas brillantina, hay gente muy escurridiza, si se enfada despotrica, no es de roble esa barrica, el juego de las canicas, un escritor que publica, un plazo que no se amplía, un pecador que fornica, una mesa de formica, no pisotees las hormigas, hay miradas que fulminan, establecer la premisa, qué muselina tan fina, en cama con mañanita, jugar con la plastilina, una obra que se culmina, un sueño que se realiza, no se cuelen en la fila, qué filigrana tan fina, escultura primitiva, una buena perspectiva, conjugar en voz pasiva, actitudes permisivas, haz algo que me redima, garbanzos en redecilla, un enfermo en la camilla, has tomado carrerilla, ya no llevo mascarilla, hay actitudes que irritan, la persona en quien confías, ten cuidado si patinas, se ha fundido la bombilla, cigarrillos con boquilla, mejor té que manzanilla, pues yo prefiero una tila, yo lo tengo en mucha estima, se hizo de una cofradía, ni en tu casa ni en la mía, garabateando con tiza, en lo alto de la colina, hay que encender esa hornilla. La vida en octosílabos
Alicia Bermúdez Merino
/ Novela
Visitas 2
Un recodo en el camino de la vida en octosílabos
Un recodo en el camino de la vida en octosílabos
https://valentina-lujan.es/U/unrecodoenelcamino.pdf Un recodo en el camino, los azares del destino, el caminar de un pingüino, el timbrazo de un vecino, un suspiro mortecino, el bordón de un peregrino, la llegada de un amigo, lo inmenso del infinito, la importancia de un delito, la congoja de un proscrito, un vaso y medio de vino, un recado intempestivo, un pensamiento furtivo, un payaso entristecido, los bigotes de un felino, un infausto sinsentido, un dictamen que ha prescrito, un cazador con mal tino, el fragor de un estallido, un antiguo pergamino, unos renglones torcidos, un derecho no divino, un revés no merecido, un profesor distraído, un adorno en un vestido, un amante que se ha ido, un columpio entre unos pinos, no importar algo un comino, una rueda de molino, un batacazo supino, un desplazarse cansino, la plaza que se ha rendido, la importancia de un olvido, el retraso de un pedido, un niño que está dormido, cuatro pelos de un flequillo, el incordio de un frenillo, el perfume de un frasquito, la trompeta de un mosquito, qué dice o calla el instinto, un amanecer distinto, una mañana de frío, unas minas de Riotinto, una rama de tomillo, un querer hacerse el listo, un reparto equitativo, un funcionario en activo, un malvado compasivo, un novio que se da el piro, un aceite de ricino, el cobijo de un mendigo, las aspas de un molinillo, arrastrarse por el limo, un niño con un cubito, tres cabezas de chorlito, el cimbrear de un abanico, una tarde de domingo, la fruta del paraíso, la cadencia de un ronquido, un penitente contrito, despertar con un respingo, una chaqueta de lino, el bolsillo de un abrigo, el rebuzno de un borrico, un cigarrillo extrafino, una fanega de trigo, las tres y media y no vino, el baile de unos malditos, una biblia de bolsillo, no sé si me has entendido, cuatro flechas de Cupido, un testigo protegido, un medio luto o alivio, un paciente enfurecido, el rufián de don Rufino, un miedo que se ha vencido, el candor de un pervertido, la peste que se ha extendido, durar menos que un suspiro, ingerir un comprimido, comprimir un amasijo, un acuerdo en un corrillo, las verdades que vomito, un toldo en un sexto piso, una ramita de olivo, por donde amarga un pepino, no ser uno de un partido, pilotar una vespino, ¿quién ha guardado el hornillo?, un creyente descreído, una puerta de servicio, la corteza del tocino, un fármaco sin precinto, conocer algo al dedillo, una ajorca y dos zarcillos, merendar un bocadillo, el color del cardenillo, llorar como un cocodrilo, un no darse por vencido, dos pulseras y un cintillo, una cuna y un cestillo, un colmillo retorcido, una tuerca y dos tornillos, una sopa de cocido, Melibea con su Calixto, un plato de bartolillos, abaratar un despido, cuidado con el bordillo, una muestra de cariño, el hogar de un campesino, ¿quién ha perdido un martillo?, no escuchar ningún sonido, un tenedor y un cuchillo, el humo de un cigarrillo, es estertor de un soplido, tantos intentos fallidos, ¡si uno lo hubiera sabido!, playa de Torremolinos, un contrato rescindido, ni pizca de raciocinio, la llamada de un sobrino, el manillar de un triciclo, un submarino amarillo, no soportar un suplicio, los Beatles en Portofino, un mirar el propio ombligo, un bucle y algún ricito, las palabras que recito, la oscuridad de un recinto, la suegra de don Jacinto, la merienda a que te invito, un participante invicto, un suceso no previsto, el plumaje de un cuclillo, la agudeza de un chillido, un sentimiento anodino, pimentón y oro molido, cumplir con lo prometido… La vida en octosílabos
Alicia Bermúdez Merino
/ Novela
La vida
La vida
http://valentina-lujan.es/L/lavida.pdf La vida, que es caprichosa, se presenta como viene y no como se la adorna; de tiros largos si es fiesta, con organdíes y zarcillos, y puntillas y collares, y lazos y muchas cintas de seda y raso y colores. La vida, que es pendenciera, se presenta peleona, agarrada por los pelos de quien cuestionarla osa como fuente de venturas, como aliada bondadosa, como madre que se yergue frente a adversidad ansiosa por defender a qué alienta a ser lo que ella le estorba. La vida, que es generosa, se prodiga en su largueza con los que con su demora ven alargarse sus días, acortarse sus dichosas esperanzas de venturas y crecerse, pavorosas, las amenazas que acechan escondidas tras la puerta que se cierra, o que se abre, tan pronto llega su hora. La vida, que es aljonjera, clava sus espinas todas en la carne de los sueños dormidos cuando a la aurora los sacuden desabridas las amenazas traidoras que aguardan a descargarse sin la piedad que desborda qué bordara entre la bruma de la noche la zozobra. La vida, que es procelosa, cubre de nubes muy negras la espera que se recorta a lo lejos en sordina revestida de afanosa tenacidad por asirse de qué queda tras derrotas de batallas entabladas ni perdidas ni gloriosas emprendidas por quién sabe qué razones latebrosas. La vida, que es arropiera, vende los dulces placeres que en el cuerpo en el que mora se alojan donde ella sabe, cual buena conocedora, que van a terciarse encuentros de desencuentros feroces que ― ajenos a que ella busca en su solaz perpetuarse ― terminarán por pagarle, insensatos, otra ronda. 2 de julio de 2017 Entelequios Poesía
Alicia Bermúdez Merino
/ Poesía
Lo que sobra de una cena de la vida en octosílabos
Lo que sobra de una cena de la vida en octosílabos
https://valentina-lujan.es/L/loquesobradeunacena.pdf Lo que sobra de una cena, no cumplir una condena, eslabones en cadena, la extensión de una parcela, la cola de una sirena, cuatro patas de una mesa, cuánto las tristezas pesan, si llegas pronto me esperas, dar más palos que a una estera, un par de botas camperas, como el agua en una cesta, perdonarás las ofensas, no irás mañana de pesca, no encontrar una carpeta, no hay que perder la cabeza, despertar en la Provenza, duerme todo lo que quieras, descender una escalera, emprender una carrera, interpuesta la querella, el panal de una colmena, los ojos de una morena, antes de la curva frena, dónde has puesto mi diadema, encontrarse ante un dilema, no hacer de cierta manera, no hay de nada en la nevera, los pesares de un poeta, desesperar en la espera, pues yo he dejado una pera, un mendrugo y dos cortezas, escaparse de una celda, el cuidado de una hacienda, para caminar contenta, ir a cortarse las trenzas, trazar una línea recta, los ronquidos de una vieja, no querer ver las estrellas, ni la llave de una puerta, pues encima de la mesa, esta salsa está muy espesa, si es que no te están estrechas, o si no anímate y entra, no me vengas con monsergas, buscar algo en la despensa, el cañón de una escopeta, un pez en una pecera, enroscar una manguera, no trajimos la merienda, te dije que no corrieras, un levantador de pesas, una velada muy tensa, una explicación perfecta, la niña no está despierta, ni los huevos en la cesta, esta ola no tiene cresta, las asas de una sopera, concierto de primavera, levantarse de la siesta, pues te la has comido entera, o en la costa malagueña, al venir trae las tijeras, una caja de herramientas, la herradura de la yegua, el guante de una condesa, dos nudos en una cuerda, un sonido de trompeta, desterrarás la pereza, disfrazarse sin careta, qué situación tan molesta, un verso no es un poema, la nuera de una consuegra, congregarse en la plazuela, se expresó con aspereza, apostar en las carreras, la señora de Contreras, el tío de la peluquera, levantar la tapadera, hallar la respuesta cierta, desenroscar una tuerca, al final a la derecha, contra avaricia largueza, un propósito de enmienda, el tío de María Encomienda, un botón en la guerrera, el cuello de una botella, lo que cuenta una portera, la que llegue la primera, buscar algo en la trastienda, comprar una cafetera, introducir una enmienda, terciar en una contienda, ser el centro de una escena, esperar un tren que llega, mantel y una servilleta, en caso de que lloviera, ni que te duela una muela, un botellín de cerveza, lo empinado de una cuesta, el sombrero de una inglesa, servirse de una muleta, el asa de una maleta, un pendiente en una oreja, a la gallinita ciega, hora de irse de la fiesta, dos lonchas de mortadela, cara y cruz de una moneda, un nómada que se asienta, no ha venido la asistenta, casas colgadas en Cuenca, agua hirviendo en la cazuela, el cairel de una pamela, la hambruna de una posguerra, en noches de luna llena, meterse en una bañera, la cofia de una niñera, el abuelo no se entera, saber más que las culebras, a los cuartos y a las medias, el pimentón de la Vera, las cigüeñas de la iglesia, un sillín de bicicleta, incumplir una promesa, la tía de las de Vinuesa, las compuertas de una presa, un pincel y una paleta, apartar cuatro croquetas, no aparcar a mano izquierda, dos de pulpo a la gallega, galopar a rienda suelta, haber perdido una apuesta, el mito de la caverna, el oro de una pulsera, posar ante una palmera, tres cogollos de Tudela, abrir una cremallera, concretar la hora que era, erradicar la miseria, acordarse de una abuela, tropezar en una piedra, tocar una pandereta, pernoctar en una venta, agujas para calceta, lo que vale una peseta, pararse en una cuneta, más sal y menos pimienta, la atracción de una verbena, descalzarse en la pradera, tener entre ceja y ceja, pretender ser la más bella, la redondez de una esfera, un caramelo de menta, oír pasos de una enfermera, una sonrisa muy tierna, un lunar en una pierna, una rama de canela, un socavón en la acera, la colada no se seca, el patrón de una goleta, desayunar té y galletas, un glóbulo y dos plaquetas, cuarto y mitad de panceta, el olor de una mofeta, mofarse de quien se queja, mermelada de ciruela, denunciar a quien se cuela, tenedor y espumadera, meterse en una pelea, la trama de una novela, un penitente que reza, la pérdida de una prenda, un torero sin coleta, un colador en la escuela, la redacción de una esquela, llegue hasta la espina y vuelva, un pájaro que no vuela, una bata de franela, no callarse por vergüenza, un velero en la caleta. La vida en octosílabos
Alicia Bermúdez Merino
/ Novela
Visitas 2
El sentido de la vida
El sentido de la vida
https://valentina-lujan.es/E/elsentidodelav.pdf El sentido de la vida se sentó a descansar en una piedra del camino y, cuando recuperado el resuello se disponía a reanudar la marcha, “¿Y yo dónde coño iba?”. 30 de octubre de 2017
Alicia Bermúdez Merino
/ Novela
Visitas 2
Elige pagar tu plan de forma anual y llévate un descuento especial

Tus creaciones son muy valiosas para nuestra comunidad. Por eso, queremos ponértelo fácil para que las expongas durante mucho tiempo.

Ver planes

¿Quieres estar al día de todo lo que ocurre en Creators?

Suscríbete a los boletines de Safe Creative

He leído y acepto la política de privacidad

Enviar


Ya te has suscrito a nuestra newsletter.
Pronto te llegarán noticias nuestras =)

© 2024 Safe Creative