Sufro una especie de manía, de TOC ( muy inofensivo) con el lenguaje, con las lenguas. Se me antoja que deja huellas en cada palabra escrita, hablada de absolutamente todo lo real, lo que sucede. ( Si eso que sucede duele es que lo conoces y puedes comunicarlo y describirlo. Si no duele... no te enteras de lo que sucede ni de lo que sucedió). El lenguaje es una fuente casi infinita (???) de juegos, de herramientas... para el bien, para el mal y para el regular. Historias muy breves, de momento. En Vasco, de momento. Mi gran ilusión es un lector que no sabe nada de mi, absolutamente nada y lo que ha leído ha sido para él una pequeña experiencia que ha movido, provocado algo en su mundo interior ( que era y va a ser su mundo exterior) Quedarse un poco en silencio al leerme o dejar el texto arrumbado, olvidado... o "en conserva". ¿Quién sabe?. Su absoluta, irrenunciable libertad