Sobre la obra
Durante vigilia siempre le visitaba una sombra persistente que opacaba sus futuros. Una silueta no invitada que siempre le susurraba negaciones del único presente habitable. Una oscuridad que le musitaba conjuros que solo eran audibles en el silencio de la noche, en las realidades efímeras que unicamente se hacían posibles entre los espacios negros que separan dos estrellas errantes, en los fuegos fatuos que prenden y se extinguen en lo efímero, creando universos en los que reinan las preocupaciones y los desvelos.
Para ella, las noches eran los santuarios en los que los recuerdos desasosegados iban y venían por los angostos corredores de su laberinto de recuerdos desordenados. El lugar donde buscar sin éxito la salida de un amanecer que trajera consigo la paz, que consiguiera otorgar significado a su vida a medio vivir, pero sus noches siempre se hacían más largas, interminables y cada vez más oscuras. Nunca amanecía.
Era en esos momentos de oscuridad profunda, en los que el tiempo siempre retrocede, cuando buscaba lo irreal como único reflejo posible. Era entonces cuando sus sueños tejían historias de consuelo y olvido hasta conseguir defenderla de la entrada de cualquier extraño que pudiera llevarla a lo real, a la consciencia.
Se prometió firmemente que nunca abandonaría una noche mientras le quedaran sueños por soñar. Se hizo el firme propósito de volver a dormir.
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Código: | 2409109375596 |
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Fecha: | 10-sep-2024 18:59 UTC |
Autor: | Antonio Guerra Alvarez |
Licencia: | Todos los derechos reservados |
Sobre el creador
Fotógrafo, pintor, ilustrador, dibujante. Buscador impenitente