About the work
https://valentina-lujan.es/alicia/entrelasxpicposi.pdf
Esas que todos estamos seguros de tener guardadas – dice, extendiéndose en unas consideraciones pseudofilosóficas que maldita la falta que me estaban haciendo – por si se presenta un por si acaso que luego, a la hora de la verdad, hay que reconocerlo, si comparece es a deshora o fuera de contexto.
Porque los por si acasos no son, le parece a mi amigo, dice Lola pegando el botón de una camisa sentada junto a la ventana y lamentándose de que en esta casa no haya un dedal, aunque ella no está del todo de acuerdo porque, opina, ser un poquito previsor no está de más y, así, ahora, no se terminará seguro pinchando y yo, como todos los hombres, me marearé cuando vea en su dedo una gota de sangre; y que el que guarda halla, y que encontrar explicaciones olvidadas da casi tanta, o más, alegría que, al abrir un bolso que lleva un par de temporadas sin usarse, un billete de, qué me diría ella — dice, qué le diría yo, terminado de pegar el botón sin haberse pinchado —, ignorando, como ignora, dice, en qué momento de la historia reciente tengo yo pensado ubicar mi relato, si me van a hacer más avío mil pesetas o cincuenta euros.
– Pues el caso es, Lola — le digo — que estaba yo pensando, a ver a usted qué le parece, trasladar la acción a algún lugar lejano; un país remoto, con otras gentes de costumbres muy distintas de las nuestras, que hablen otras lenguas, y coman otras cosas, y adoren a otros dioses.
– Yo como de todo, y donde fueres haz lo que vieres. Pero me acabo de dar cuenta de que falta otro botón, y quiero pegárselo mañana sin falta, pero a lo que yo no estoy dispuesta es a…
Y que si vamos, resumiendo, a Sentinel del Norte aunque sea sólo por poner un ejemplo, me documente, esta misma noche, mientras los anuncios cuando miro la tele, de cómo se escribe mercería en sentinelés para que podamos acercarnos y decirles que queremos, por favor, un dedal y, ya puestos, una bobina de hilo blanco de La Hilandera, que se nos está terminando.
Versaciones
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.