About the work
https://valentina-lujan.es/G/chuchiladeam.pdf
En una de las aletas de la nariz
Chuchi la de Ampuero lo vino contando a la
caída de una tarde, que a mediodía, que la
había visto cruzando la plazuela bajo la
solanera, de largo, sin mirarlos a ninguno que
con los ojos como platos siempre tan corta y
aquellos muslos que, se veía de venir, un día
antes o después tenía que terminar pasando
algo. Y que si no al tiempo…
– Al tiempo todo pasa, Chuchi — le contestó
tan sensata la Espinosa, que le dijo a la nueva acércate y que
doblase el codo, luego musitó como tres dedos, casi cuatro
—, y además y a fin de cuentas y que Dios me perdone mejor
cualquiera de ellos…
– En eso estamos todos, pero como es tan caprichosa que no
sé yo y, Carlitos — Chuchi, que le tira más el nido de abeja y
hace primores —, que está muy hermoso, sí, tan grandón y
con esos colores que da gusto verlo, pero…
– ¡Dios no lo quiera!
Y, por cambiar de tema, que si iba de vacío.
Papeles
Selección Chuchi la de Ampuero
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.