About the work
https://valentina-lujan.es/C/coralinosret.pdf
Coralinos retruécanos de orgiásticos,
simbióticos bramidos persiguiendo,
intrépidos,
acelerados estrambotes erráticos
de apócrifos barruntos de sincrónicos
exultos de modélicos trasuntos
de mitómanos andares a derivas
de pasiones ocultas o despóticas,
o inhóspitos,
famélicos presuntos engreimientos
de inocencia esclareciendo,
lejos,
a la desesperada,
insospechados argumentos despechados
al socaire de despliegues de extensas,
extremadas experiencias anoréxicas
coetáneas de las inclemencias de un tiempo pasado,
por agendas,
saturadas del numen ominoso de indolencias
muñidas de risibles insurgencias impertérritas;
son,
si se los escruta,
corrosiones cariacontecidas de calcáreas,
calamitosas concurrencias de opresiones
que,
insolentes,
se solapan tras los pliegues refrendados de paupérrimas,
daltónicas conspiraciones de arrogantes,
impúdicos desenterrados sufrimientos
que,
ultrajados,
circunscritos al mundo de los horrores y del miedo,
se dejan constreñir insomnes
por la indolencia brutal,
violenta,
despiadada,
de un tedio irreverente por perverso.
26 de noviembre de 2010
Etiqueta: Silogismos
Categoría: Poesía
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.