About the work
http://valentina-lujan.es/Q/quenoesdebart.pdf
que ni es de bartolillos ni forzoso el tomar al pie de la letra — bueno, que el contenido sí en el caso de que lo fuese, claro; porque de tomarlo a cualquier otro pie que no fuese el de la letra (“quebrado”, por ejemplo) nos saldría una copla verbigracia manriqueña o — en el supuesto de que lo fuera de página — una explicación adicional (u optativa y por tanto prescindible; que pasa un poco como con las recetas que en verdad lo son, que te dicen “una toque de ajenuz” cuando a ver de dónde sacas una especia tan exótica y terminas, por tanto, optando por no optar y remplazando el toque por “de pimienta” pongamos por caso) que si vamos con prisa o somos impacientes nos terminaremos saltando o — y como tercer y último de los ejemplos (porque cualquiera que sea seguidor nuestro estará más que de sobra enterado de que no solemos alargarnos a tanto y a lo más que en casos excepcionales llegamos es a los segundos) — de gallo , en cuyo caso mostraremos triunfales nuestras cartas al adversario que, pobre, perderá su dama antes de doce jugadas o la ocasión de hacerse oír y con sus protestas o sus ruegos retenerla si, embebecido en el juego, no está atento a la vez y pierde el turno de palabra como hay personas, que las hay, que no saben atender a dos cosas a un mismo tiempo que, ¡nunca!, será caluroso si es invierno ni compuesto si es presente y, menos aún, si es un pretérito imperfecto o un futuro simple “que salta a la vista — concluyó su alocución la señorita Alejandra — y no hace falta más que atenerse al significado preciso de las palabras, con su imperfección y simpleza respectivas, están muy, pero que muy lejos ambos, de poder expresar nada (e incluso aunque fuese algo) con un mínimo de concreción” que, a fin de cuentas — añadió, porque cuando no tenía mal día era de bastante buen conformar —, aun en su pequeñez a “nada” le estaría (y que volvía a saltar a la vista) quedando grande y resultando superfluo y, de todo punto — que sería su última palabra antes del timbre —, innecesario.
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.