About the work
https://valentina-lujan.es/Cajabombones/desguabilar.pdf
Desguabilar pleistoceno cuadrilátero, aguamanil usufructo restaurando, frugalidad parsimonia contundente sin, por ello o despilfarro a la deriva de complementos indirectamente emparejados con cuadernillos en desuso o detrimento de papel para envolver sardinas no pautado, añadir, por afición a la multilateral textura de los goznes para puertas de garaje, un sinfín de cintas de colores aromáticos que, una vez descubiertos en su amargo sabor a vil rutina, se amedrenta y, solicitando untuosidades que les son ajenas, denostar inconformismos o querellas que correrán, si encuentran un predicamento o un gramófono, a reunir los destacamentos necesarios para — ya en pleno atardecer o a la encumbrada alcurnia de que hiciera gala o el ridículo (por lo anómalo del disfraz) una tal damisela descocada — deshabilitar algún pronunciamiento con acento ( claramente extranjero, sí, pero con un acento podría decirse casi que impecable o circunflejo) o, si no estuviere al alcance del mediano de los pretendientes a tan ansiado cargo o globo aerostático, musicalizar el respaldo de una silla de enea de modo que, a la vuelta de un par de arandelas o grosellas silvestres, se deje ver como plausible cuando no a pecho descubierto y mano alzada insobornable o desconcierte, con ese andar de entredoses y puntos de a repulgo que es uno de sus más laureados e iconoclastas lemas, de lejos, bueno, sí, y desenfocada la imagen (a color, en papel fotográfico mate y granulado fino) pero versificada y recurrente cuando, tras unos instantes de insomnio que pueden (si se quiere o se admite como conveniente) ser comentados como de todo punto desquiciantes, encontrarse o ir a dar las gracias a los anfitriones y, sin levantar sospechas de estarse llevando la cubertería de plata, cubrirse la retirada con una excusa tan baladí como podría serlo (si pudiera o quisiese) el no haber dado, antes de salir por la ventana porque la puerta había sido clausurada tiempo atrás, las buenas noches a los asistentes y, antes de caer en un sueño tan profundo que, se temió, no iba a tener bastante cuerda ni crampones suficientes para salir de él, rezado sus oraciones yuxtapuestas que eran, con una diferencia tan sensible que se hacía a veces necesaria la administración de un antihistamínico, de todas las oraciones posibles que pudieran recitarse, las que más le gustaron siempre y a despecho de los detractores que intentaban indefectiblemente ningunearlas.
13 de abril de 2023
Quimeras
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.