About the work
https://valentina-lujan.es/P/pensaronque.pdf
Pensaron que trepaban a un ocaso abierto, soñaron en esparcían sus voces por entre los cantos que rondaban a beldades que vinieron a resultar esquivas, bromearon con algún atardecer lejano teñido de un color que se eclipsaba, rompieron el silencio burlón que amenazaba con ahogar sus desatinos, esparcieron por el azul de un cielo amodorrado las sombras abigarradas de sus tactos, vaciaron de su desnudez las risas desenfocadas de olvidados amaneceres consumidos, conminaron al diestro y al siniestro y al arriba y al abajo a congraciarse, extendieron sus mantos ondeantes sobre el batir de vértigos deshilachados en suspiros, arrullaron con sus voces tan cálidas el paso cansino de los días que iban marchándose, esculpieron, tejieron, desarmaron, asombraron, atenazaron, desterraron y, demasiado tarde, recordaron, también, algo tan frágil como que habían olvidado despertarse para poder seguir pensando, soñando y, quién podría ya saberlo, si bromeando o incluso burlándose, de sí, sin importarles ni pretender averiguar ser qué.
24 de septiembre de 2023
Quimeras
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.