Jana, una joven pintora eslovaca, se desplaza a Madrid para asistir a un master sobre restauración de pintura. Durante su estancia en Madrid, y mientras realiza una copia de un cuadro expuesto en el Museo de El Prado donde se representa al Diablo, le asalta una duda sobre el que debería ser el verdadero aspecto del Diablo por contraposición a la visión que tenemos de él a través del arte. Como persona que ha sido educada en el agnosticismo, no tiene por tanto un interés religioso en el tema e intenta enfocarlo desde una posición totalmente aséptica. Todo se complica cuando recibe el encargo de realizar cuatro cuadros cuya temática principal es, precisamente, la figura del Diablo. Si acepta el encargo puede ser su rampa de lanzamiento para poder dedicar su vida a la pintura, pero en el camino que debe recorrer para realizar el encargo, un camino que la llevará de España a Francia, se encontrará con diferentes visiones sobre la controvertida figura de Lucifer y con personas que tratarán de influir de una forma o de otra en su trabajo.