Desde mis primeros años, la música se convirtió en la brújula que guió mi vida. Mi fascinación comenzó cuando, siendo apenas un niño, soñaba con tocar la batería. Con ingenio y determinación, construí mi primera “batería de lujo” utilizando bidones de detergente de la despensa de mi madre. Aquellas percusiones improvisadas marcaron el inicio de mi apasionado romance con la música.

A la edad de 14 años, mi tío me obsequió una guitarra que había ganado en una feria. Este regalo desencadenó una nueva etapa en mi viaje musical, y me embarqué en la exploración de los matices de la guitarra española. Mi curiosidad y deseo de aprender me llevaron a sumergirme en las posibilidades musicales de aquel tiempo.

A los 15 años, mi compromiso con la guitarra se volvió tan evidente que mi padre me llevó al Conservatorio Superior Oscar Esplá en Alicante. Superé la prueba de acceso y comencé a estudiar guitarra clásica y solfeo, una experiencia que enriqueció aún más mi comprensión musical. Sin embargo, mi sed de exploración musical no se sació con la guitarra clásica. Poco después, mi padre me regaló una guitarra eléctrica, abriéndome las puertas a un mundo completamente nuevo y emocionante. Fue entonces cuando descubrí la fascinación de la guitarra eléctrica y la diversidad de estilos que podía abordar.

Mi trayectoria musical tomó un giro inesperado cuando, a través de conocidos, me reclutaron para tocar en una Orquesta de Baile. Esta experiencia no solo expandió mis horizontes musicales sino que también marcó el inicio de mi carrera profesional como músico.