“fragancia” / 21 results
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FARALA
FARALA
FARALA He recorrido los mundos testigos de nuestro amor. Siempre he buscado tu esencia, por si dejaste tu olor. Entonces era "Farala" el olor que deprendías. Y ya no encontré ese olor. Han pasado muchos días. De tu olor no queda nada. Sólo está en mis recuerdos. Has cambiado de fragancia y has cambiado de deseos. La vida nos cambia a todos. Hay cosas que nunca vuelven. La inocencia de la infancia... que pronto o tarde se pierde. El primer beso robado con miradas de pasión caminando abrazados, y el regalo de una flor. Después... vernos a escondidas para que nadie sospeche que estamos enamorados. Manipularnos no pueden. Y nuestras bocas se buscan, nuestras lenguas se entrelazan, y nuestros cuerpos se funden, y la pasión se desata. Ya nada nos pone freno. Nuestra pasión se desboca. Entro, salgo, dentro, fuera, y eso te vuelve loca. Ese vaivén va creciendo como la marcha de un tren. Y hemos tocado el cielo sin parar ese vaivén. Hemos llegado a la gloria y hemos caído extasiados. Y ahora que venga alguien y diga que esto es pecado. No es pecado enamorarse ni demostrar ese amor. Me siento muy orgulloso. No quiero pedir perdón. No me arrepiento de nada. Este amor lo puso Dios. Es un regalo divino. Es el cénit... del amor. Todo eso se acabó. La gloria cayó en desgracia. Será porque "C'est la vie" ahora es tu fragancia. Sigo estando enamorado, a pesar de la distancia. Pero tú ya no eres tú, y tu olor... ya no es "Farala". J. R. Félix de la Rosa 17-23 de septiembre de 2024
José Ramón Félix de la Rosa
/ Poetry
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La cruda realidad
La cruda realidad
 Gracias, señorita Murray.     Sólo la voz de mi jefe pude hacerme sonreír y enrojecer a la vez. Ese tono, tan sugerente y sensual consigue que parezca haber tomado mariposas en el desayuno.      Etham Carmichael, mi jefe, es un joven empresario de éxito, con un exquisito gusto por el lujo y rodeado siempre de una corte de bellezas a la caza de un marido guapo y rico.      Evidentemente, para él soy sólo su secretaria; la chica insulsa que le prepara el café como le gusta, atiende sus llamadas, lleva su agenda y le soluciona algún que otro problema de índole personal con el sexo femenino. Pero no puedo evitar suspirar cada vez que le veo aparecer por la oficina, envuelto en ese aroma tan embriagador de su loción de afeitado compuesta por algún tipo de especias picantes.      El mismo mechón de cabello oscuro, húmedo todavía tras la ducha matutina, le cae rebelde cada día sobre la frente, y cuando pasa por delante de mi mesa, quedo envuelta por el rastro de su especiada fragancia masculina, que tan bien conozco después de dos años de trabajar para él. Camina hacia su despacho con paso decidido, ejerciendo un perfecto control de cada uno de sus músculos. Me saluda con una afectuosa inclinación de cabeza, y dependiendo de su estado de humor, me concede una de sus maravillosas sonrisas que le marca un hoyuelo a la derecha de su boca. Lo que me lleva a fijarme en sus labios, que parecen cincelados en un rostro de rasgos marcados; mandíbula cuadrada, mentón firme, nariz recta… 
Val Navás
/ Literature
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Erre que erre
Erre que erre
https://valentina-lujan.es/R/rinocerontes.pdf Rinocerontes rumiando romances reducen el riesgo de rendir la rueda que aguarda a la espera de que la pereza recoja los frutos de la duermevela en que se recrea, con rumor creciente, la críptica arenga que tras recurrirse a ratos perdidos pervierte el pronóstico precario de ritmos y, rígido o romo, rotundo o perverso, desgarra el augurio precoz que corrompe precisión que prime, prometa y redima, remembranza prófuga de frugal verídica verbosidad próxima a premuras prístinas. Y prorrumpe intrépida en el remolino en que se recrea el crujiente arrojo remembranza tórrida de trifulcas tétricas corroyendo trágicos trasuntos de treguas que se distribuyen destruyendo pruebas que rasguen la rúbrica de tardas quebradas rubicundas treguas pregonando estruendos que surcan el curso de ríos y de arroyos que riegan rugientes parajes remotos rematando inciertos acuerdos perdidos entre mil precarios principios remisos a arrastrarse ingrávidos sobre los rebozos, argucias y apremios en que se reprueban rigores y riesgos y rancias propuestas tornadas ridículas al amparo abstruso de quehaceres pírricos. Y murmura airada reproches y afrentas y promete ofrendas y farfulla réplicas; y permuta frases por fresas y frisos y por filigranas de verde y de grana con frescas fragancias que recuerdan tórridas tardes de verano de brisa a la sombra flagrante que irrumpe en el irredento rincón en que alberga el corazón rotos recuerdos marchitos y trozos de acuerdos y trazos prendidos entre ringorránguica profusión de esfuerzos tercos por asirse al anterior siempre para no perderse ni rendirse presos de horror al tremendo pavor que provoca no estar a la altura de qué es requerido cerca del pretexto de cerrar el círculo. 26 de marzo de 2023 Oquios
Alicia Bermúdez Merino
/ Novel
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Se mostraría reticente a tal eventualidad
Se mostraría reticente a tal eventualidad
http://valentina-lujan.es/Y/Y si mi amigo se.pdf Y, si mi amigo se mostraba en verdad en desacuerdo y yo no lograba persuadirlo de que un personaje con el que no se había contado previamente podía representar un abanico (o un par de varillas, por lo menos) de posibilidades inesperadas podría echar mano, sugirió Gutiérrez , de Jorge Pintado, un chico al que conocíamos — dijo — porque era de nuestra misma clase (social, quiero decir; porque era de otro instituto y no sabíamos en qué curso estaba) y, aunque con posterioridad a la muerte de su padre no es que se contara mucho con él le podría servir, así de pasada y sin entrar mucho en profundidades ni grandes detalles (aunque tenía una nariz enorme, si piensa usted que lo podría utilizar como evaluador de fragancias), para que recogiera las pelotas de tenis cuando jugábamos (que, bueno, él no, que solo miraba) al mus y no teníamos ganas de levantarnos a recoger las que se les caían a la panda facinerosos que, con espumaderas a modo de raquetas pero pobrecillos como eran muy pobres, jugaban al pádel en el campito con muchas amapolas que, aunque no daba las medidas de una pista reglamentaria, hizo un papel bastante digno de encomio y no poca algazara allí, junto a la vía del tres al lado del rio, cuando tras años de tener las obras paralizadas el ayuntamiento terminó el polideportivo con una tapia tan alta que no podían saltársela más que con pértiga, que sí, robaron una, pero como era de poda dijeron que no servía porque no era del equipamiento requerido para un deporte tan distinguido aunque, dijo también, aunque no lo pongo ya en cursiva porque no podría asegurar estarlo repitiendo palabra por palabra y literal, si mi amigo no se mostraba reticente o yo lograba persuadirlo de que un personaje con el que no se había contado previamente podía representar un abanico, o un par de varillas solamente, recordó (por eso lo pongo en cursiva), como muy bien usted ha dicho, de posibilidades inesperadas él, Gutiérrez, guardaría las pelotas y las espumaderas en su taquilla aunque la pértiga, se lamentó, es demasiado larga aunque de poda y no voy a saber dónde meterla y, en su memoria por si la ocasión de darles utilidad se terciaba, a los facinerosos y a Pintado y, por supuesto, a su difunto padre que en gloria estuviese. Y en eso quedamos antes de terminar la jornada laboral y marcharnos juntos a comer a su casa. – Pero, vamos a ver — me dice María de los Dolores —, que como su colaboradora y correctora titular no me ha puesto mucho al tanto porque tenía que irse corriendo a recoger del tinte el esmoquin de usted, no sé yo si me entero mucho de qué va el asunto; pero, que yo sepa y creo que ella tampoco, usted nunca ha comido en casa de Gutiérrez sino de Ramírez, ¿o no?, ¿o tal ver mejor o sí? – No. Sí. Si no, si sí y eso es así. Pero hoy es diferente porque está invitado el novio de su hija, y quiere presentármelo porque es el fotógrafo del que me habló. Versaciones
Alicia Bermúdez Merino
/ Novel
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La Aurora En Mi Ventana
La Aurora En Mi Ventana
La Aurora En Mi Ventana ¡Se me ha escapado un ángel de amor esta mañana! Acompañó mis sueños y se arropó en mi cama, viril en su osadía, impávido en mi holganza: ¡Alimentando el fuego vital en su algazara! Su silueta en la sombra conspira consagrada incita el devaneo mientras la luna alcanza suspiros del lucero que su pasión declara, al asperjar anhelos entre tantas nostalgias. Se me ha escapado el pillo señuelo de mi alba, mientras yo despertaba la musa en su fragancia, con un soplo de estrellas abriste la ventana y al Delfos te fugaste travieso esta mañana. Alegres cascabeles quedaron en la almohada, cantando la inocencia con el trinar del arpa y ensueños de requiebros orlaron mi ventana, danzando los instantes al ritmo de mi alma. Magnífica la esencia del gozo en la alborada, fulgor inexorable que el galicinio abraza, en tanto el viento arrulla feliz en mi ventana, la dulce melodía de amor que se aquilata. Aquí sigo animando la luz de mi almenara, el brillo de mis ojos incitan tu llegada, mientras vuela a lo lejos el ángel que me ama, para besar de nuevo la aurora en mi ventana. Regresarás inquieto, ya siento la algarada en el rozar iluso del céfiro en mi cara y llegarás al nido saciando la añoranza: ¡Para vivir momentos supremos desde el alma! Aimée Granado Oreña ©️ Gota de Rocío Azul
Aimée Granado Oreña
/ Poetry
Contigo a nada le temo
Contigo a nada le temo
Contigo, a nada le temo ¡Contigo, a nada le temo! Eres el puente de vida, la voluntad que me inspira y bendice lo que siento. Para ti son mis desvelos, los senderos que vislumbro, mis espacios, los susurros del amor que tú me ofreces, mientras mi espacio se crece cuando compartes tu mundo. Eres pasión entre letras que inspira cada alborada, eres mi eterna mañana que me cobija y sustenta. Siento que invade mi esencia la fragancia de un te quiero, contigo a nada le temo hacedor de mi destino, que alimentas los suspiros delirantes del deseo. Así vamos convencidos los dos con nuestras verdades, entre altibajos y azares superando desatinos. Sin detener nuestro ritmo edificamos senderos, los más humanos y tiernos que puedan vencer abismos, rellenar tantos vacíos y enriquecer los desiertos. Aimée Granado Oreña© Gota de Rocío Azul
Aimée Granado Oreña
/ Poetry
Allí te encontraré
Allí te encontraré
Aprecia los dones de la vida, el alma te susurra y no es quimera, sonríe de esperanza, no busques una promesa, tan solo reconcíliate contigo mismo y con la capacidad de ver lo esencial con la mirada del corazón, sin silenciar espacios y sin perderte en el tiempo. Encontrar la maravilla que no puede escaparse de los simples detalles, enamorarnos de la rosa, de nuestra rosa, de la tuya y la mía, de su fragancia y hasta de la posibilidad de dejar huellas e impregnarse de ese aroma entre las hojas de un libro o de un diario. No marchitarnos ante el ocaso, no languidecer ante el olvido. Tomar nuestro sendero cual victoria, de nada serviría el sacrificio si no atamos el amor a nuestro mundo y engendramos horizontes más genuinos. Allí te encontraré En el halo iridiscente de la luna, en la furia y la obsesión de las mareas, en la brisa que suaviza y en el terral nocturno, en el opalescente encuentro de la noche con la inspiración osada, aventurera. Y en el tráfico de sueños desmedidos, en el fuego crepitante de la hoguera, en la ruta que conduce al desafío y también en el azul de primavera. Allí te encontraré porque he querido comprender el silogismo de esta espera. Aimée Granado Oreña © Gota de Rocío Azul
Aimée Granado Oreña
/ Literature
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Y al pensar siento Matanzas
Y al pensar siento Matanzas
Y al pensar siento Matanzas Matanzas pienso en la arena bondadosa de tus playas, pienso en la costa agraciada por el salitre que deja, la beldad entre las huellas de promesas escapadas. Y al pensar siento que clama el torrente de mis ansias, surte el adagio del alma un concierto de tristeza, cuando la nostalgia ofrenda sus memorias silenciadas. Pinto valles, remembranzas entre palmas soberanas, pienso en la estrella sagrada que ratifica su esencia, sin fanáticas prebendas ni lacerantes miradas. Siento el aroma que avala el azar en tus montañas, entre ríos se aquilata la fragancia caribeña y el frescor de la rivera en rosáceas alboradas. Y al sentir pienso en la adarga de la pluma consternada, por censuras alcorzadas con falacias e historietas, y repetidos esquemas de mentiras fabricadas. Plasmo en mis versos con alas el arrojo y la plegaria, analectas de palabras, florilegios de quimeras y en la verde primavera el crisol de la esperanza. Es el eco en la distancia que trasciende y no se calla; y en cada nota fugada desde el Palenque me llega, la cubanía entre letras: ¡Cuando pienso en ti, Matanzas! Aimée Granado Oreña ©
Aimée Granado Oreña
/ Literature
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Contagiando al fiel tintero
Contagiando al fiel tintero
Contagiando al fiel tintero ¡Cuánto inspiran al besar con la mirada del alma, esos matices brillantes que suspiros aquilatan! El verdor de la campiña en el azul de mis ansias que me recuerda a mi tierra y convida a la nostalgia, entre callados recuerdos y travesuras lejanas. Te admiro en la sencillez y en la humildad que trasciende, en el álamo del monte con su fragancia silvestre. Esa obsesión que conspira con las memorias silentes, las que surten horizontes y extrapolan sus poderes: ¡contagiando al fiel tintero con el dulzor de sus mieles! Sembradora de conciencias, refugio de mil intentos que albergó tantas historias, oníricos desenfrenos, consolidó las alianzas, voluntades, desempeños, mas nunca cortó las alas de quiméricos revuelos y aguardó en la noche oscura un adiós sin contubernio. Visualizo un escenario cortejado de palmeras, me acerca a lo más divino de su alada omnipresencia, en magnitud infinita, orlada, límpida y bella con majestuosos arbustos y los frutos de la tierra, que regalan sus albricias en las feraces cosechas. Aimée Granado Oreña © Febrero 28 del 2023
Aimée Granado Oreña
/ Literature
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Por ti me inspiro Matanzas
Por ti me inspiro Matanzas
Por ti me inspiro Matanzas Por ti me inspiro Matanzas eres la joya que aprecia la voluntad del poeta, del músico su alabanza, del trovador la fragancia y el aroma de los versos que llegan desde el Estero con el surtir de los ríos y el eco de los nativos que aún besan tus claras aguas. Eres la ciudad más bella, neoclásico es tu estilo junto al romance y lirismo de escritores y poetas. El escultor cual asceta revela toda su magia, nos deja la filigrana del arte que no fenece y se aferra vehemente a lo que brota del alma. Fluyen copiosas tus aguas dejando sus espejismos, se enredan los coralillos y se escuchan las cigarras. Son cual joyas las tonadas de los jilgueros del valle y entre concierto de mares que arrastran la blanca arena revuelan tantas quimeras anhelando palmerales. Aimée Granado Oreña© Gota de Rocío Azul
Aimée Granado Oreña
/ Literature
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