El 31 de enero de 1995 comencé a escribir. Comencé escribiendo poesía (La historia verificada del Zulia, Florentino y Martín Fierro, 69 Eróticas y Lujuriosas, En la métrica de mis angustias) pero luego “descubrí” que lo que me apasionaba era contar historias. Para aquellos años yo vivía de eso -de contar historias- porque trabajaba en la industria publicitaria de Venezuela como redactor y creativo conceptual desde 1975.
Durante algunos años escribí alrededor de 300 historias cortas y luego las publiqué en dos libros (La sorpresa imperfecta y Relatos para contárselo a la muerte). Entonces realicé mi segundo descubrimiento: en cada uno de esos relatos yacía -y aún están allí- el germen para abordar relatos en profundidad. Con trama y subtemas. Con esos personajes y con la posibilidad de acompañarlos con otros. Descubrí la novela.
Desde entonces me he zumbado por ese tobogán (el de las novelas policiales y de misterio) con un par de excepciones: Cuando tuve que concebir una tesis doctoral. Y durante dos años escribí tres libros de sociología de la comunicación: La Era de la Persuasión, Teoría de la Guerra Comunicacional y Teoría del Caos social
Pero luego retorné a la escritura de ficción, incluso durante esta diáspora a la que nos ha sometido el narcomunismo que desgobierno en Venezuela y que me llevó a Canadá (2 años) y a Francia (los últimos 5)
En esa diáspora forzada he logrado producir nuevos textos: las novelas Enigma en la montaña, El caso Westfall . Con estas novelas está mi primera pieza teatral, en francés: “L’affaire Westfall”, que concursó en el XV Festival du Teatre à Royan, en 2021.
No todo se ha impreso, lamentablemente. Digo que es lamentable porque los manuscritos quedaron en una gran caja de cartón, allá en Maracaibo, que desapareció (o desaparecieron) cuando mi hija vendió la casa que heredó cuando me divorcié de su mamá.
Me refiero a un proyecto enciclopédico: “Propaganda en la Historia de la Civilizaciones”, 16 tomos, cada uno con su índice temático (desde la civilizaciones mesopotámicas hasta el Siglo XX) de los que tuve listos los dos primeros libros, en 18 cuadernos manuscritos. Si, lamentablemente eso se perdió y no creo que a mis años tenga el tiempo para recomenzar una investigación que me tomó 10 años realizar.
Hoy se me ha ocurrido desempolvar los “número 0” de esos 23 libros y tomarles foto, como esas que suelen tomarse en familia, pero en estas soledades, en un país extraño y con más de 70 años a cuestas, ellos se han convertido en mi familia y por eso celebraré con ellos, estos 30 años de producción literaria, para darle la bienvenida al más bisoño de mis “hijos de papel”: Tic tac thriller policial” que está inédito y que enviaré a concurso este año 2025.