Un destornillador (versión 1)
06/27/2023
2306274690489

About the work

https://valentina-lujan.es/U/undestornil.pdf
para irnos centrando por lo menos en algo tangible y concreto de utilidad consensuada y específica; aunque también podíamos buscar la cajita de rapé del abuelo, o una de chinchetas para clavar en la pared alguna de las “obras de arte” realizadas con el fin de tapar los churretes que quedaron en ella cuando tuvimos que mandar quitar el aparato de aire acondicionado — todo el mundo sabe lo que es tener vecinos que lo denuncian a uno por cualquier bobada —, o un ovillo de bramante tan útil para no se sabe qué pero del todo imprescindible cuando lo que se está queriendo es, por ejemplo, rescatar uno de los muchos gatos callejeros que por accidente se caen al patio de la iglesia de los curas de la calle Oquendo.
Ninguno se ha caído, sin embargo y por fortuna, en los últimos meses; y el bramante lo vimos ayer mismo en el cajón de las cucharas y al lado de un bolígrafo y cuatro pinzas de tender la ropa.
En cuanto al destornillador — que, ya decimos, también podía estar siendo el objeto buscado — hallámonos en condiciones de afirmar que está bajo control porque nos lo encontramos cada día al tirar del cajón de la cómoda en que guardamos el cable del teléfono móvil enredado, casi siempre, con una cinta métrica amarilla y la correa de un reloj que no nos ponemos porque, además de marcar siempre las once y veinticinco, con el roce de la hebilla nos sale un sarpullido que nos tiene todo el rato rascándonos…
----------------
El procedimiento — la señorita hizo un alto en el dictado para explicarlo — consiste en atar el bramante a una jaula trampa con comida dentro. Cuando el gato entra y la jaula se cierra se sube a pulso.

Y la señorita se rascó la muñeca, aunque no llevaba reloj y no podía picarle nada o no por lo menos la muñeca, y como miró el que había sobre el encerado y vio que estaba a punto de tocar la campana, dijo que mañana seguiríamos y se quitó las gafas; y se volvió a rascar la muñeca murmurando con los ojos en blanco — las de la primera fila contaron que la oyeron — que qué desorden y que si todo eso, en tono interrogativo, no debería estar en el cajón de las cucharas como en todas las casas normales.
Etiqueta: Papeles
Categoría: Telas

Literary: Other
valentina luján
telas de araña
papeles
Shown in

Creativity declaration

100% human created

Declaration Date: Jun 27, 2023, 1:09 PM

Identification level: Low

Fictional content

Declaration Date: Jun 27, 2023, 1:09 PM

Identification level:
Low

Copyright registered declarations

Valentina Luján
Author
Consolidated inscription:
Attached documents:
0
Copyright infringement notifications:
0
Contact

Notify irregularities in this registration

Related registrations

Derivation of

2306294709635
Quienes somos (versión 10)
06/29/2023
don Gabriel
http://valentina-lujan.es/N/nopareversi10.pdf no parece, en un principio, que pueda resultar problemática ; no tiene uno, o una, o un hatajo ― o una multitud por aquello de no ningunear a género alguno de especímenes ― más que llegar y decir pues yo o nosotros o nosotras somos Fulanito de Tal, o Perenganita de Cual, o estos/as o los/as otros/as o los/as de más allá e hijos/as, todos/as y cada uno/a, de nuestros/as respectivos/as padres/as... No, mira, ahí nos hemos equivocado, pero en un alarde de humildad y de saber no ocultar nuestros errores lo vamos a dejar como está y seguir, como si tal cosa, aunque saltándonos - eso sí - las obviedades que todos damos por sentadas en lo que concierne a nuestros semejantes que, como si vamos al diccionario de sinónimos encontraremos que son "similares", o - eso también - "parecidos/as", a nosotros/as mismos/as, ¿no?, que es de quienes estamos hablando, si no hemos perdido el hilo y, por tanto, portadores/as tanto unos/as como otros/as ― aparte de "de valores eternos", que también se da por sentado y no sabemos si vamos a tener sillas para tantos/as ― de obviedades tan nada diferentes de las propias que para qué repetirlas, nosotros, por puro sentido común y del ahorro, nos atenemos a la más estricta de las lógicas y no las repetimos… ¿O sí lo hemos perdido? El hilo, que sería lo grave; porque el sentido común ― ¡una cosa tan corriente! ―, cuánto ni qué puede importar cuando, además, nos queda el propio, de infinitamente mayor enjundia y entidad. Y si lo hemos perdido, Dios no lo quiera, sí que la habremos liado porque nos pasará como, hace apenas unos días sin ir más lejos, nos sucedió a nosotros en nuestras propias carnes mortales cuando buscando… pues qué podía estar siendo, que así al pronto no caemos… Bueno, pues no sabemos, pero un destornillador... ¿Qué estábamos diciendo? Ah, ya: que para coger la pinza de la ropa con que sujetar el estor averiado del cuarto de estar y poder así abrir la ventana… Pero tampoco vamos a extendernos en eso porque, nos figuramos, quien más quien menos ya cuenta con sus trucos propios para abrir sus ventanas. Además, la ventana la terminábamos de cerrar; así que, la pinza… Bueno, mira: es igual. El caso es en resumidas cuentas que fuera por la razón que fuese buscábamos algo y derramamos, sin quererlo, la copa de algún néctar repuntado que nuestra memoria se obstinó en despertar como ambrosía… Así: sin esperarlo. La dejamos hacer ― a la memoria ― y, con deleite, lo aplicamos ― el néctar, pero si tenemos que explicarlo todo nos dejamos de sofisticaciones y decimos, por poner un poner, que era lejía ― con las yemas de los dedos en las sienes, y en el cuello, y detrás de las orejas y en la frente, y aspiramos el olor evanescente del antaño mientras se demoraba ella por entre los jirones de las tardes ociosas en que, lejos de los lugares más o menos comunes que hoy se nos figuran tan exóticos, lejos también de sospechar siquiera que pudiera existir un “mañana” distinto de aquellos que se desperezaban en amaneceres tan iguales, éramos algo que, por cierto, la última vez que alguien lo mencionó ya dio problemas porque ― la más corpulenta de las Fuenfría ― que pero, bueno, eso es muy elástico… – ¿Elástico? ― Doña Consola ― ¿Cómo cuánto exactamente de elástico? –Como muchíssssimo― acompañando su ese tan larga, la otra, con un movimiento amplio y lento de la mano. – ¡Vaya por Dios! ― cabeceando ésta como quien se contiene para no exclamar ¡lo que hay que oír! Y, girándose a su propia hermana ―: ¿Qué te parece? Y la hermana se limitó a ladear un poquito la cabeza y volverla a enderezar como queriendo dar a entender ea. –Ea ― doña Consola ―, no; Visitación. – ¿Pero cómo ― la Fuenfría ― que ea, no? –Pues como que no, sencillamente. –Mira, Consola, yo tengo mucha, pero que muchísima correa, pero, si hay algo que verdaderamente me molest… Porque, quién no ha sido, si es que alguien me lo puede explicar, algo a lo largo de su vida alguna vez? ... Etiqueta: Papeles Categoría: Telas
All rights reserved
Print work information
Work information

Title Un destornillador (versión 1)
https://valentina-lujan.es/U/undestornil.pdf
para irnos centrando por lo menos en algo tangible y concreto de utilidad consensuada y específica; aunque también podíamos buscar la cajita de rapé del abuelo, o una de chinchetas para clavar en la pared alguna de las “obras de arte” realizadas con el fin de tapar los churretes que quedaron en ella cuando tuvimos que mandar quitar el aparato de aire acondicionado — todo el mundo sabe lo que es tener vecinos que lo denuncian a uno por cualquier bobada —, o un ovillo de bramante tan útil para no se sabe qué pero del todo imprescindible cuando lo que se está queriendo es, por ejemplo, rescatar uno de los muchos gatos callejeros que por accidente se caen al patio de la iglesia de los curas de la calle Oquendo.
Ninguno se ha caído, sin embargo y por fortuna, en los últimos meses; y el bramante lo vimos ayer mismo en el cajón de las cucharas y al lado de un bolígrafo y cuatro pinzas de tender la ropa.
En cuanto al destornillador — que, ya decimos, también podía estar siendo el objeto buscado — hallámonos en condiciones de afirmar que está bajo control porque nos lo encontramos cada día al tirar del cajón de la cómoda en que guardamos el cable del teléfono móvil enredado, casi siempre, con una cinta métrica amarilla y la correa de un reloj que no nos ponemos porque, además de marcar siempre las once y veinticinco, con el roce de la hebilla nos sale un sarpullido que nos tiene todo el rato rascándonos…
----------------
El procedimiento — la señorita hizo un alto en el dictado para explicarlo — consiste en atar el bramante a una jaula trampa con comida dentro. Cuando el gato entra y la jaula se cierra se sube a pulso.

Y la señorita se rascó la muñeca, aunque no llevaba reloj y no podía picarle nada o no por lo menos la muñeca, y como miró el que había sobre el encerado y vio que estaba a punto de tocar la campana, dijo que mañana seguiríamos y se quitó las gafas; y se volvió a rascar la muñeca murmurando con los ojos en blanco — las de la primera fila contaron que la oyeron — que qué desorden y que si todo eso, en tono interrogativo, no debería estar en el cajón de las cucharas como en todas las casas normales.
Etiqueta: Papeles
Categoría: Telas
Work type Literary: Other
Tags valentina luján, telas de araña, papeles

-------------------------

Registry info in Safe Creative

Identifier 2306274690489
Entry date Jun 27, 2023, 1:09 PM UTC
License All rights reserved

-------------------------

Copyright registered declarations

Author. Holder Valentina Luján. Date Jun 27, 2023.

-------------------------

Related registrations

Derivation of: 2306294709635 - Quienes somos (versión 10)


Information available at https://www.safecreative.org/work/2306274690489-un-destornillador-version-1-
© 2024 Safe Creative